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El blog no está muerto pero como podéis comprobar no puedo dedicarle el tiempo que necesita. Si alguien quiere una breve explicación del parón la encontrará aquí. Iré publicando películas y contestando a los comentarios poco a poco. Gracias por vuestra paciencia, atención e interés.

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jueves, abril 30, 2009

Asterix y Cleopatra (Axterix et Cleopatre)






Me apuesto caña y ración de calamares a que el primer contacto infantil con el latín, la cultura y las legiones de Roma fue un tebeo de Asterix y quizás una de las introducciones literarias más conocidas sea:



Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia esta ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor.



En mi caso particular considero los tebeos de Asterix como una de las mejores obras de la civilización occidental. Gracias a Asterix, Obelix e Idefix supe que la cultura de la Antigua Roma se había extendido por todo Europa y que lo consiguieron gracias a sus invencibles legiones comandadas por Julio César. Pero también conocí gracias a sus satíricos estereotipos a los diferentes pueblos que componían aquello que llamábamos el Imperio Romano. Hay quien dice que en realidad los romanos eran un trasunto de los norteamericanos, y que Goscinny y Urdezo denunciaban la perdida de la identidad europea por los valores yanquis. Es posible, que tengan razón. Pero en mi caso, cuando miro hacia atrás me parece que los romanos son una representación de los padres y de que los galos son los chiquillos traviesos. Los primeros tienen un mundo ordenado y avanzado lleno de reglas e intentan imponer su voluntad. Los segundos quieren vivir su vida, son rebeldes, tienen grandes aventuras y hacen un montón de cosas divertidas. Quizás por eso los tebeos de Asterix funcionaron tan bien entre la infancia y la juventud.



Debido al éxito de los tebeos en el año 1967 llegó a las pantallas la primera adaptación cinematográfica. Se trató de "Asterix el galo" que en España fue titulada "Asterix el gladiador". No funcionó mal por lo que la productora se animó a realizar una producción algo más costosa. Al año siguiente se estrenó "Asterix y Cleopatra". Tampoco funcionó mal, pero desgraciadamente la animación no podía competir con las producciones Disney (ese año estaba en las pantallas "El libro de la Selva"). Hasta el año 1976 no se volvió a estrenar una película de Asterix. Se trató de "Las doce pruebas de Asterix", y era la primera vez en que se elaboraba una historia del famoso galo sólo para la gran pantalla y no para un album gráfico. Con la llegada del video aparecieron más títulos de Asterix pero para disfrutar en casa, no en el cine.



Hay que esperar hasta el año 1999 para que Asterix y Obelix pasen a ser interpretados por actores en carne y hueso. Los efectos digitales permitían el que viéramos en las pantallas los mamporros, la pintoresca aldea y los maravillosos efectos de la poción mágica del druida Panoramix. Las adaptaciones a la vida real parecen haber funcionado bien en taquilla porque ya van por la tercera, aunque a mi personalmente no me atraen mucho. Vi "Asterix y Obelix contra Cesar" y me pareció bastante mala, pero también vi que los chiquillos menores de 10 años se reían un montón. Entonces me acordé que a su edad a mi también me gustaban las películas de Terence Hill y Bud Spencer. Tenían un argumento básico, sabías quienes eran los buenos y luego había mamporros a diestro y siniestro. Y yo pensaba - ¡Qué divertido!



Volviendo a "Asterix y Cleopatra", creo que es una de sus mejores historias. Publicada en 1963, Goscinny y Urdezo tuvieron el acierto de dibujar su Cleopatra a la Liz Taylor, llena de orgullo, de caprichos y con una bella nariz. No en vano su portada parodia el cartel de la película "Cleopatra". Pero la ventaja que tienen los dibujos animados es que te ahorras un montón de dinero en decorados y efectos especiales, por lo que era fácil reproducir la suntuosidad y el lujo que se le supone a la corte de la reina de Egipto. Una diferencia con el tebeo es que la película contiene números musicales. Además, fueron pioneros en la introducción de "guiños" para el espectador adulto. Basta escuchar la letanía de Cleopatra cada vez que Asterix y Obelix necesitaban hablar con ella tras haber arrasado con la guardia de palacio:



Oh temibles galos que venís de tierras lejanas. Ahora veréis como muere una reina de Egipto.




Por cierto, esta aventura es una de las raras ocasiones en las que Obelix bebe un poquito de poción mágica. ¡Por Tutatis!


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sábado, abril 25, 2009

Cleopatra




Si hay un personaje del período de la Antigua Roma que rivaliza en fama con Julio César ese personaje es Cleopatra. La vida y amores de dicha reina han sido llevados al cine en numerosas ocasiones, pero probablemente las adaptaciones más conocidas sean la dirigida por Cecil B. de Mille en 1934 y por supuesto la de Joseph L. Mankiewicz de 1963.


La "Cleopatra" de Cecil B de Mille, de la que se cumplen 75 años de su estreno, es una apoteosis de extravagancia, oropel y decadencia. La sensual actriz Claudette Colbert interpretó a una Cleopatra con el look de vampiresa que se estilaba en aquellas épocas. El trasfondo histórico es una mera excusa para mostrar una historia de lujo, amor, sexo y pecado, tan del gusto del director. Incluso llegó a reírse del famoso código Hays para la decencia en el cine que acababa de entrar en vigor, indicando que cumplía dicho código para justo después insertar un llamativo desnudo en el fotograma inicial con el título de la película.





Para el argumento, de Mille se basó en las obras de Shakespeare y en las idealizadas pinturas románticas del siglo XIX. La escena más famosa de la película es la dedicada a la seducción de Antonio por Cleopatra que tiene lugar en el barco de ésta última. Dura 20 minutos, una quinta parte de la película. Hay una gran coreografía de extras en diversos números musicales, luchas, acrobacias y decorados fastuosos. Cuando por fin vemos a Antonio y Cleopatra besarse y dispuestos a consumar su amor, de Mille nos tapa la escena con unas grandes cortinas dispuestas por las esclavas y en las que toma posición un gran esclavo negro armado con un alfanje montando guardia. Mientras la cámara se va alejando mostrándonos la cubierta del barco con dos filas de remeros cuyos remos comienzan a moverse al son de los golpes de un tambor que evidentemente representan otros embates, pero de naturaleza más íntima.


No es precisamente en el aspecto histórico en lo que destaca esta película. Aunque se hace referencia al arbitraje por parte de César de la disputa entre Cleopatra y su hermano Ptolomeo, no se hace ninguna referencia al destino de Pompeyo. A su vez, César es representado como un líder que sólo ambiciona el dinero y las riquezas de Egipto. Su asesinato sigue las pautas de la obra de Shakespeare. En cuanto al enfrentamiento entre las fuerzas de Octavio y Marco Antonio, el ejército egipcio que se representa es de los tiempos de Ramsés con una gran multitud de carros. También vemos brevemente, aunque de manera muy sangrienta, una serie de enfrentamientos terrestres y uno naval que se supone que es la Batalla de Actium.


Hay dos secuencias que a mi me gustan de esta película. La primera es cuando Marco Antonio decide combatir a Octavio y llama a sus generales para debatir los planes de combate. Ninguno de ellos acude salvo Ahenobarbo. Éste también le abandona pero antes le explica el porqué, nunca luchará contra Roma. Así que le devuelve unas cadenas que lleva en su coraza y que representa las condecoraciones ganadas en las distintas campañas en las que luchó a su lado. La otra es el suicidio de Cleopatra. La Colbert tomó una serpiente de verdad entre sus manos y se la acercó a su pecho. La escena culmina con un bello fotograma de la fallecida reina sentada en su trono. En mi opinión es el mejor suicido de Cleopatra representado en el celuloide.




Pero sin duda la "Cleopatra" más famosa es la protagonizada por Elizabeth Taylor, Richard Burton y Rex Harrison. La que está considerada como la tercera película más cara de todos los tiempos y que casi arruina a la 20th Century Fox, comenzó como un humilde proyecto con un presupuesto de 2 millones de dólares. Después de tres años de rodaje y un gasto de 44 millones de dólares (unos 300 millones de hoy en día) sólo recaudó la mitad. Fue un auténtico fiasco o flop en jerga anglosajona.


Walter Wanger, productor de éxitos como "La Diligencia" o "La reina Cristina de Suecia", compró en 1958 los derechos de una novela titulada The Lifes and Times of Cleopatra con el objetivo de hacer una pequeña película protagonizada por Joan Collins, famosa por su papel en "Tierra de Faraones". Pero la Collins no quería verse encasillada en el rol de egipcia y declinó la oferta. Se barajaron otros nombres, entre ellos el de Audrey Hepburn. Finalmente Walter Wanger le ofreció el papel a Elizabeth Taylor, que en ese momento estaba rodando "De repente, el último verano". Quien cogió la llamada del productor fue Eddie Fisher, el marido de la Taylor en ese momento. Eddie le comunicó a su esposa la oferta y Elizabeth en plan broma dijo "Seguro, dile que por un millón de dólares". Wanger aceptó el salario y la Taylor se convirtió en la primera estrella en tener un sueldo de 1 millón de dólares.


No sólo eso, el contrato estipulaba que dicha cantidad se le abonaría por cuatro meses de rodaje. Por cada semana adicional cobraría 50.000 dólares y tendría además 3.000 dólares semanales para gastos y transporte gratuito para ella y su familia. Además obligaba a que el rodaje fuera en el extranjero para evitar problemas fiscales. Julio Cesar sería interpretado por Peter Finch y Marco Antonio por Stephen Boyd. Como director se contrató a Rouben Mamoulian. El presupuesto se disparó a los 6 millones de dólares.


Se pensaba iniciar el rodaje en septiembre de 1960 en los estudios Cinecittà de Italia. Pero ese año se celebraban las olimpiadas en Roma así que alguna mente privilegiada propuso los estudios Pinewood de Londres. Tras construir 3 hectáreas de decorados y desviar parte del Támesis para representar el Nilo, el rodaje dio comienzo el 30 de septiembre. Y entonces, como era de esperar en el otoño inglés, apareció la niebla y la lluvia. El rodaje se convirtió en un auténtico desastre, que culminó el día 3 de noviembre cuando Liz Taylor tuvo que ser ingresada a causa de una meningitis. La actriz permaneció ingresada más de un mes y la producción se detuvo. El 3 de enero de 1961, Mamoulian abandonó la película. Sólo se habían filmado 12 minutos de película y el presupuesto de 6 millones ya había sido superado.


Wanger estuvo rápido en sus reflejos y le ofreció el puesto a Joseph L. Mankiewicz. Éste ya había trabajado con la Taylor en "De repente el último verano" y además había dirigido la aclamada "Julio César". Mankiewicz puso dos condiciones, libertad para cambiar el guión y para elegir nuevos protagonistas masculinos. Parecía que las cosas tomaban un nuevo cauce cuando Liz Taylor fue ingresada de nuevo a causa de una neumonía. El asunto fue bastante grave porque la tuvieron que introducir en un pulmón artificial y realizarla una traqueotomía. Su cicatriz del cuello fue la pesadilla de cualquier maquillador a partir de entonces. El 27 de marzo abandonó el hospital. Pero esto le vino bien al proyecto y a la actriz como reclamo publicitario. Tanta simpatía despertó que le concedieron el oscar ese año por su interpretación en "Una mujer marcada".


La Fox decidió que Londres no era el sitio más adecuado para el rodaje así que todo el equipo se trasladó a la primera opción: Roma. Finch y Boyd habían abandonado la producción por otros compromisos y se contrató a Rex Harrison y a Richard Burton. En septiembre de 1961 todo parecía volver a empezar en Cinecittà. Y lo cierto es que lo que empezó allí dejaría pequeño a lo que había sucedido en Londres. Mankiewicz se dispuso a realizar una gran superproducción fusionando los argumentos de dos obras teatrales: César y Cleopatra de Robert Shaw y Marco Antonio y Cleopatra de Shakespeare. Así que se contrataron 5.000 extras, se construyó el doble de decorados e incluso una flota de galeras cerca de Anzio. Pero al poco tiempo empezaron los problemas. Las extras femeninas se declararon en huelga debido a las largas manos de sus compañeros masculinos. Mankiewicz tuvo que reescribir el guión casi cada día debido a los caprichos del trío protagonista. Para colmo de males, los robos de material fueron numerosos (hay quien afirma que el valor sustraído fue un tercio del presupuesto final) y debido a las tardanzas en el rodaje, muchos directores italianos aprovechaban para tomar prestados los decorados y así realizar sus peplums (los ingleses también hicieron lo mismo). El rodaje sufría tantas pausas por los caprichos de la Taylor que Burton y McDowall tuvieron tiempo de participar en "El día más largo" y Martin Landau pudo aprender italiano. La puntilla fue el romance entre Lyz Taylor y Richard Burton. Lo bueno es que dio publicidad a la película, lo malo es que fue muy negativa.


Otros aspectos a destacar de esta película es su banda sonora realizada por Oliver North (el mismo que compuso la de "Espartaco"). De su calidad habla el hecho de que fue un éxito de ventas, mayor que el de la propia película. También hay que apuntar las notables interpretaciones de los secundarios como Martin Landau como Rufio y Roddy McDowall como Octavio. Se gastaron unos 200.000 dólares en los 65 vestidos usados por la Taylor y el traje de oro que usaba era de oro auténtico. La espectauclar toma de la entrada de Cleopatra en Roma tuvo que ser filmada dos veces porque en la primera se veía a unos extras tomando un helado. Como curiosidad final está el que que se filmó en el sistema panorámico TODD-AO, cuya patente era de Mike Todd, un ex-marido de la Taylor, por lo que ésta se embolsó una sustanciosa cantidad por dicho concepto. Al final, la Taylor ganó más de 7 millones de dólares y fue la única beneficiada de esta odisea.


La película que Mankiewicz terminó tenía un total de 6 horas y su plan era estrenarla como dos películas independientes. Pero la Fox se negó a ello y le obligó a cortarla hasta las 4 horas para su première. Para las copias que debían distribuirse en las salas se cortó una hora más de rodaje para así poder proyectar más de una sesión al día. Justo antes de su estreno estalló la última pelea entre los actores. En el cartel promocional tan sólo aparecían la Taylor y Burton, en un guiño descarado hacia su affair durante el rodaje. Rex Harrison entonces demandó a la Fox porque en su contrato se establecía que las fotos o figuras promocionales de los tres actores debían aparecer con el mismo tamaño y nunca por separado. La solución fue dibujar a Harrison en el lado izquierdo como una especie de fantasma que posa su mano en Cleopatra. La película sólo consiguió recaudar 26 millones de dólares y la Fox pudo salvarse de la quiebra gracias a que en 1965 estrenó "Sonrisas y lágrimas".


En el aspecto histórico la película es bastante fiel a la relación de los acontecimientos que transcurren en dicha época. Comienza con un plano general del campo de batalla de Farsalia, donde César aniquiló a Pompeyo. Una vez en Egipto, César se encuentra con Cleopatra y tras arbitrar a su favor en la disputa con su hermano, vemos el asedio de los romanos y el incendio de la Biblioteca de Alejandría. Durante esa escena los legionarios romanos forman una tortuga, aunque por su longitud y por los "curiosos" escudos que portan más bien parece un cocodrilo. Tras nacer Cesarion, Julio César vuelve a Roma y transcurren dos años hasta que los amantes vuelven a encontrarse. La entrada de Cleopatra en Roma montada en una gigantesca esfinge es una de las secuencias más espectaculares del cine de romanos. Tras el asesinato de César y la proclamación de Octavio como heredero, Cleopatra debe de huir con su hijo. Así termina la primera parte y tras el intermedio suecede una elipsis y nos vemos trasladados a la conclusión de la batalla de Filipos y el establecimiento del Segundo Triunvirato. Es entonces cuando Antonio se encuentra con Cleopatra y es seducido por ella, lo que aprovecha Octavio para desprestigiarle frente a la plebe. Antonio debe de volver a Roma y allí es obligado por motivos políticos a casarse con Octavia, la hermana de Octavio. Pero Antonio vuelve con Cleopatra y se divorcia de Octavia lo que será aprovechado como casus belli por Octavio para iniciar la Última Guerra Civil de la República. En realidad fue Antonio el que declaró la guerra a Octavio, así que esto es una licencia poética.


Dicha guerra se decidió en la batalla naval de Actium. Seguramente se realizó con el ánimo de superar a la representada en "Ben-Hur". En mi opinión no lo consigue. La gran batalla queda reducida a una persecución entre dos galeras, unas cuantas panorámicas de maquetas en la lejanía y una representación de pequeños barcos sobre un tablero. Y encima está mal explicada. En la película es Antonio el que tiene la posición ventajosa de la cantidad, tanto en mar como en tierra y por eso arde en deseos de atacar. Y lo hace por el centro de la flota romana donde se ha dispuesto como señuelo al buque insignia de Octavio. Lo cierto es que Antonio estaba bloqueado en una zona insalubre, la enfermedad hacía estragos en su ejército y tenía menos barcos, aunque más grandes. Por eso lo que intentó fue romper el cerco al que le había sometido Octavio. Dividió sus fuerzas en cuatro escuadras, siendo una de ellas la de Cleopatra con los barcos del tesoro. La flota de Antonio desplegó las velas intentando que el viento permitiera a sus barcos escapar pues las de Octavio sólo contaban con sus remos. Antonio lanzó un ataque con la escuadra de su izquierda, mientras que con el grueso se desplazaba a su derecha. Pero quien estaba al mando de la flota de Octavio era Agripa y supo contrarrestar a Antonio. En la confusión, Cleopatra y su escuadra pudieron escapar.


Personalmente creo que lo mejor de la película es hasta el complot de los idus de marzo. Opino que el Julio César interpretado por Rex Harrison es uno de los mejores de todos los del celuloide y eso se nota. A partir de su desaparición la película se centra en el romance de Burton y la Taylor. Lo malo es que se nota mucho que no interpretaban, sobreactuaban. Se ve que Mankiewicz debía de estar ya agotado a esas alturas de la película y les dejó por imposibles. Un botón como muestra: el mejor ejemplo de que Taylor no hizo una buena Cleopatra es comparar la escena del suicido con la realizada por la Colbert (*). El resultado es que esta película sólo les parece una obra maestra a los fanáticos de la Lyz Taylor. Al resto de los espectadores, si te gusta mucho ese período de la historia, o el cine épico de los años 60, entonces "Cleopatra" se puede ver e incluso quizás disfrutar. Si no es así, es probable que esta mastodóntica producción resulte aburrida.


(*) Redacción alternativa de la frase para evitar susceptibilidades: El mejor ejemplo de hasta que punto la actuación de la Colbert es mejor que la de la Taylor, es comparar la escena del suicido realizada por cada una de ellas.

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domingo, abril 19, 2009

Julio César (Julius Caesar)





La obra teatral de Shakespeare "Julio Cesar" ha sido llevada a la pantalla en numerosas ocasiones. Probablemente está producción dirigida por Joseph L. Mankiewicz es la más famosa de todas ellas pues los papeles protagonistas están interpretados por Marlon Brando y James Mason.

La obra original fue escrita en 1599, en una Inglaterra gobernada por una anciana Isabel I que aún no había nombrado ningún heredero. En la misma se reflejan los miedos de la gente a que, tras la muerte de la reina, se desatara una guerra civil por el liderazgo. El drama de Shakespeare recoge todas las ambiciones e intrigas que pueden llevar a los hombres a la lucha por el poder pasando por encima de otros valores como la amistad o el honor. Shakespeare se tomó varias licencias poéticas siendo la principal de ellas el que el asesinato de César, el funeral, el discurso de Marco Antonio, la lectura del testamento y la llegada de Octavio sucedieran en el mismo día. Históricamente el asesinato fue el 15 de marzo, el testamento se leyó el 18, el funeral fue el 20 y Octavio se encontraba en Apolonia, fuera de Italia, no llegando a ella hasta el mes de mayo.

El momento cumbre de la obra son los discursos a la plebe de Bruto y Marco Antonio. Son un magnifico ejemplo de como manipular al populacho. Bruto consigue convencerles de que el asesinato de César ha sido un acto de justicia. Pero es el contra-discurso de Marco Antonio con el que consigue que la plebe vea a Bruto y el resto de conspiradores como unos envidiosos de la gloria de César y que lo que realmente ambicionan es el poder, no rescatar a la República de la dictadura. Y afortunadamente Mankiewicz contó para ese momento clave con un Marlon Brando en el mejor momento de su carrera como actor. Después de sus interpretaciones en las películas "Un tranvía llamado deseo" y "¡Viva Zapata!", el papel de Marco Antonio le lanzó a la cúspide de la fama pues demostró que era también un "actor clásico". Su siguiente film sería la oscarizada "La ley del silencio", pero aún no era el divo insoportable que llegaría a ser.

La película no es sólo Brando. También destaca James Mason en el rol del honrado pero trágico Bruto, lleno de indecisiones y temeroso de las consecuencias de sus acciones una vez las ha tomado. No porque amaba a César menos, sino porque amaba a Roma más- es la frase que define al personaje. Es un Mason que veremos posteriormente en otras de sus grandes interpretaciones como la de Humbert Humbert en "Lolita". Y finalmente tenemos a John Gieguld dando vida al manipulador y traicionero Casio, origen de toda la conspiración y que conseguirá engañar al virtuoso Bruto para que apoye a su causa. Es el típico personaje "malo" de Shakespeare que podemos encontrar en otras de sus obras famosas como "Ricardo III", aunque aquí no tiene tanto protagonismo.

Si hay que apuntar algún handicap en esta producción es que en algunos momentos se nota que es teatro filmado, no es cine. En líneas generales Mankiewicz adaptó las situaciones a las exigencias cinematográficas y no a las teatrales. Por ejemplo, las ultimas palabras recitadas ante el cadáver de Bruto son las de Marco Antonio cuando en la obra original es Octavio. Es lógico dicho cambio de orden si tenemos en cuenta que así se consigue un mejor final para la pantalla. Pero en más de una ocasión se tiene la sensación de que los actores "posan" en lugar de actuar.

Tras el asesinato de César comenzó una nueva guerra civil. El principal acontecimiento bélico representado es la batalla de Filipos. La batalla histórica no fue una batalla de un sólo día, sino dos batallas que se lucharon de manera independiente en un intervalo de 20 días. En la primera Bruto consiguió derrotar a las legiones de Octavio, pero Marco Antonio derrotó a Casio. Éste, pensando que Bruto también había sido derrotado, cometió suicidio. La batalla terminó en un empate. En la segunda, Bruto se dió cuenta que estaba en desventaja (Casio era el cerebro militar) y procedió a fortificarse en terreno elevado. Octavio y Marco Antonio hiceron lo mismo. Pero Bruto se vio forzado a atacar porque según pasaba el tiempo sus filas mermaban por deserciones. El enfrentamiento fue un sangriento combate cuerpo a cuerpo entre las legiones. Bruto fue derrotado y para evitar la captura se suicidó. Marco Antonio trató el cadáver con respecto reconociendo que gracias a Bruto, no fue asesinado junto a César durante los idus de marzo.


Pero es evidente que por motivos dramáticos tanto la obra teatral como la cinematográfica acortan a un sólo día la duración de la batalla y así hacer coincidir los destinos de Casio y Bruto. En la pantalla vemos una breve secuencia en la que las tropas de los triunviros vencen a las de Casio y Bruto mediante una emboscada en un estrecho desfiladero al estilo de las películas de indios y vaqueros en el Far-West. La principal diferencia con el texto original se da en este tramo de la película pues hasta el propio Shakespeare describe el campo de batalla como una llanura y se habla de cómo la línea de Octavio es rota por Bruto. Mankiewicz va directamente a los resultados de la batalla y no se recrea en las escenas de acción. Al poco veremos a Casio huyendo con sus hombres y siendo asistido en su suicidio por su sirviente. Posteriormente, se nos mostrará a Bruto intentando animar a los restos de su derrotado ejército antes de seguir la misma senda que su amigo.


Es muy probable que sobre el argumento de esta obra se haya construido gran parte de la imagen cinematográfica de la Antigua Roma. El Bardo está considerado como el mejor escritor en lengua inglesa y todo director de cine del siglo XX que ha trabajado en Hollywood se ha leído al menos una obra suya. La mayor parte de las películas que vemos son norteamericanas, así que nosotros también hemos construido nuestra imagen de Roma con las palabras que escribió Shakespeare hace 400 años.


Esencial para los que les guste el teatro clásico o las interpretaciones de actores de la talla de James Mason o Marlon Brando.



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lunes, abril 13, 2009

Druidas (Vercingetorix)



Tras el éxito de “Gladiator” más de un productor avispado pensó que las películas de romanos se ponían de moda. Algunas producciones como “Troya” tenían un cierto empaque y un buen elenco. Otras simplemente se quedaron como producciones para la televisión más o menos dignas. Pero en el caso de “Druidas” yo lo considero como el ejemplo de que los dioses Tutatis y Belenos no existen, porque si así fuera no habrían permitido que este bodrio llegará a estrenarse.

Esta es una de esas películas en la que cualquiera de sus protagonistas estaría avergonzado de su participación. Christopher Lambert interpreta al caudillo galo Vercingetorix. El problema de este actor es que se quedó encasillado en el papel de Duncan McCloud y aquí continúa con los mismos tics. En el papel de Julio Cesar tenemos a Klaus Maria-Brandauer y como tercer miembro del cartel promocional está Max von Sydow haciendo del druida Guttuart (no es una broma, ese es el nombre del personaje). Se ve que ambos pusieron el cazo para cobrar la pasta y dejar que usaran su nombre en la producción, porque actuar lo que se dice actuar, no lo hacen. Finalmente en el imprescindible papel de "la-tía-buena-novia-del-protagonista" tenemos a Inés Sastre.

La premisa de la película es interesante: es un relato de la Guerra de las Galias desde el punto de vista galo centrada alrededor de Vercingetorix, comenzando con la muerte de su padre, su llegada al poder, la unión de las tribus galas, sus tácticas fabianas para derrotar a Julio Cesar, la masacre de Avaricum, su victoria en Gergovia y su derrota en Alesia. Pero las interpretaciones, el guión plaguiando descaradamente a "Braveheart", la ambientación histórica y la cinematografía sólo pueden calificarse como horrorosas y aún me quedo corto. Si uno es un masoquista le aseguro que esta película le causará un gran placer porque a mi me hace daño hasta el recordarla.

Los legionarios romanos que salen parecen sacados de las películas italianas de los años 50. Y si uno esperaba ver el asedio de Alesia mejor que lo olvide o que se vea un documental del History Channel. Con decir que los aliados de los romanos son teutones a caballo con estribos en sus sillas. Ahora, lo que se lleva la palma es la sección de maquillaje y ambientación de los galos. Los que salen en las películas de Asterix son mucho más creíbles que los de este insulto a la inteligencia. Basta ver los cascos con cuernos o los pedazo-pelucas que llevan puestas los protagonistas y que sin duda serían la envidia de Maria Antonieta y sus pastorcillas.


Para que luego digan que el cine francés tiene mejor nivel intelectual y cultural que el de Hollywood.


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martes, abril 07, 2009

Espartaco (Spartacus)


origen de la imagen



"Espartaco", es junto con "Ben-Hur", la película más famosa sobre la Antigua Roma. De nuevo estamos ante una obra maestra del séptimo arte cuya producción llegó a ser casi tan épica como la historia en la que está basada.

Fue una historia de despecho lo que llevó a Kirk Douglas a aprovechar el potencial cinematográfico de la historia del gladiador que se convirtió en el líder de la revuelta conocida como Tercera Guerra Servil transcurrida entre el 73 y el 71 AC. Resultó que Kirk Douglas quería el papel protagonista de "Ben-Hur" y confiaba en que William Wyler se lo daría. Cuando se enteró de que el papel se lo habían dado a Charlton Heston, además de agarrarse un cabreo monumental decidió que llevaría a cabo su propia película épica sobre los tiempos de Roma.

Lo que hizo fue llegar a un acuerdo con la Universal y comprar los derechos de la novela “Espartaco” escrita en 1951 por Howard Fast. Éste había pertenecido al Partido Comunista Norteamericano y fue condenado por el Comité de Actividades Anti-norteamericanas. Fast la escribió durante su estancia en prisión como denuncia de los excesos del Macartismo y la publicó pagando la edición de su propio bolsillo. A finales de los 50, Fast abandonó el comunismo horrorizado por el stalinismo por lo que había dejado de ser un proscrito. Kirk contrató al propio Fast para la adaptación de su obra a la pantalla, pero al poco tiempo tuvo que sustituirle por Dalton Trumbo, que como estaba en la lista negra, trabajaría bajo el pseudónimo de Sam Jackson. Douglas tuvo la idea de que todos los personajes romanos fueran interpretados por británicos mientras que los esclavos por norteamericanos. Así el acento distinguiría a las clases dominantes de las serviles. Asimismo, Trumbo se inspiró en el senador McCarthy para crear al personaje de Craso. Así nació la destacable secuencia de los dos discursos opuestos entre Espartaco y Craso. También intentó mostrar a los romanos como unos opresores decadentes e inmorales y para ello se le ocurrió la famosa escena de los caracoles y las ostras. En esas fechas la homosexualidad no estaba bien vista ni por las derechas ni por las izquierdas. Esa famosa secuencia fue censurada y cuando el film fue restaurado en 1991 se volvió a incluir. Sin embargo el sonido de la secuencia se había perdido. Curtis pudo doblar a su personaje, pero Olivier había muerto. Anthony Hopkins se encargó de imitar la voz de Olivier.

Douglas quiso asegurarse un reparto con más estrellas que el de “Ben-Hur” y recurrió a una añagaza. Envió una versión del guión a Laurence Oliver, otra a Peter Ustinov y otra a Charles Laughton. En cada una de ellas el personaje que interpretaban tenía el mayor protagonismo y además se les indicaba que los otros actores ya habían aceptado el papel. La treta salió bien porque los tres no se enteraron hasta que llegaron a California. En cuanto al personaje de Varinia se pensó en Ingrid Bergman, Jeanne Moreau y Jean Simmons, pero las tres lo rechazaron. Una actriz casi desconocida Sabine Bethman fue la elegida. Alex North se encargó de la banda sonora y en ella utilizó una gran variedad de instrumentos antiguos para darle ese especial toque de melodías de tiempos pasados.

Para la dirección Douglas pensó en David Lean, pero éste declinó la oferta. Entonces se contrató a Anthonny Mann. Tras un par de semanas de trabajo en las que rodó las escenas iniciales de las minas de sal y el primer encuentro entre Espartaco y Lentulo Batiatus (Peter Ustinov), Mann fue despedido. Al parecer comenzó a hacer demasiado caso al trío de actores británicos en detrimento del protagonismo de Douglas. Así que éste se encontró con una película entre manos y sin director. Entonces la fortuna volvió a aparecer.

Un viejo amigo de Douglas acababa de ser despedido por Marlon Brando de la dirección de la película “El rostro impenetrable”. Ese viejo amigo se trataba de Stanley Kubrick al que conoció en el rodaje de “Senderos de Gloria”. “Espartaco” iba a ser su quinta película y su primera superproducción. Inicialmente todo fue como la seda. Kubrick despidió a Sabine Bethman y volvió a ofrecer el papel de Varinia a Jean Simmons, que esta vez aceptó. El rodaje parecía ir bien pero poco a poco los cambios de parecer entre Kubrick y Douglas se convirtieron en amargos enfrentamientos entre director y productor. Kubrick quería libertad absoluta, y Douglas como responsable de la pasta, no se la dio. Eso acabó con la amistad de ambos. Douglas llegó a calificar a Kubrick como un mierda con talento, mientras que éste último llegó a decir que era una película sensiblera y moralizante a la que le hubiera gustado borrar de su filmografía, a pesar de que es gracias a ella por lo que consiguió fama mundial.

Personalmente mi parte preferida es la de la lucha entre Draba (Woody Strode) y Espartaco. Douglas insistió en realizarla el mismo, sin dobles, incluida la escena en que le inmovilizan clavándole el tridente en torno a su cuello. Douglas y Strode estuvieron dos semanas ensayando la lucha y tardaron doce días en grabar los siete minutos que dura la secuencia. Posteriormente, se colocó un muñeco de Strode para la escena en la que su cadáver cuelga boca abajo, pero se notaba mucho así que se optó por colgar al propio Strode que no movió ni un sólo músculo mientras pasaban por debajo de él todos los gladiadores.

Hubo muchos más anécdotas y problemas, pero por no alargar el comentario simplemente hacer notar que Charles Laugthon estuvo a punto de abandonar y exigió que se reescribiesen todos sus diálogos, para lo cual fue ayudado por Peter Ustinov. Olivier llegó a insinuar que él debería de interpretar a Espartaco, pero Douglas le dijo que gracias pero él era quien pagaba. Tony Curtis y Jean Simmons estuvieron en un tris de abandonar la producción. Y Stanley Kubrick incluso intentó robar el mérito como guionista de Dalton Trumbo aprovechando que éste estaba en la lista negra. Douglas se enfadó tanto por el rastreo comportamiento de Kubrick que no sólo se negó a ello, sino que con la ayuda del trío británico convenció a la Universal para que el nombre de Trumbo apareciera en los créditos iniciales, como también se había hecho en “Éxodo”, poniendo fin a la infame lista negra. Pero esa tensión tuvo su lado bueno, Laughton y Olivier no pararon de competir entre los dos con Ustinov en medio ya que era amigo de ambos, por lo que sus interpretaciones fueron sobresalientes. En cuanto a los costes, se gastaron unos 12 millones de dólares y se usaron a unos 10.000 extras. Pero mereció la pena porque recaudó 30 millones de dólares sólo en los USA y el doble en el resto del mundo. En el año 2004 se realizó un remake para la televisión que en mi opinión es bastante flojo y que no merece un comentario aparte.

Sobre los aspectos históricos de la cinta. El Espartaco histórico no nació en la esclavitud. Al parecer fue auxiliar tracio del ejército romano que desertó y que como castigo fue vendido como esclavo. Es cierto que tras la batalla final su cuerpo nunca fue encontrado, pero se piensa que murió en la misma. Evidentemente por motivos cinematográficos era mucho mejor crucificarlo como si fuera un proto-Jesucristo que proclamaba la igualdad entre los hombres. Pero no debía de ser tan “bueno” como lo pintan. Al parecer organizó unos combates de gladiadores entre los romanos prisioneros e incluso llegó a crucificar a uno para dar ejemplo a sus seguidores de lo que les esperaban si perdían.

Hay otros personajes históricos como Craso (Laurence Olivier), que luego encontraría la muerte en Carras, y que en la película llega a ser nombrado dictador. También aparece un joven Julio Cesar realizando sus primeros pasos como político. El personaje de Graco (Charles Laughton) es en cambio una mezcla de dos personajes históricos que vivieron mucho antes de la revuelta de los esclavos. También es cierto que los 6.000 prisioneros que fueron tomados en la batalla final fueron crucificados a lo largo de la vía Apia y que permanecieron allí durante años. En cuanto a errores históricos, el más llamativo es el origen británico de Virinia y su posterior fuga hacia Aquitania. Los romanos liderados por Julio Cesar no llegaron a las Islas Británicas hasta 15 años después, tras haber conquistado la Galia, incluyendo la zona de Aquitania.

El primer montaje del director no incluía la batalla del río Silaro. Estrictamente hablando no hubo una gran batalla final entre los romanos y los esclavos sino que fue una serie de enfrenamientos que se dieron en la persecución de las fuerzas de Espartaco por parte de los ejércitos de Craso y Pompeyo. Así que Kubrick había filmado unas pocas tomas de luchas y una elipsis mostrando la derrota final y la famosa escena en la que los prisioneros exclaman “¡Yo soy Espartaco!”. Pero tras el primer visionado todo el mundo estuvo de acuerdo en que el tono épico de la película pedía a gritos una gran batalla en su metraje. Así que Kubrick hizo las maletas y se vino a rodarla a España donde utilizó a 8.500 soldados del ejército español para representar a los romanos y a los rebeldes. La batalla fue representada en diversos parajes de Alcalá de Henares, Colmenar Viejo, Navacerrada, Iriepal y Taracena. Kubrick dirigió la batalla desde un andamio y en ella se puede ver perfectamente el despliegue de las cohortes de las legiones romanas del final de la República (una secuencia que luego Lucas copiaría en el despliegue del ejército droide de “La amenaza fantasma”). Desgraciadamente no vemos a los legionarios romanos armados con un pilum arrojadizo, sino con lanzas y tampoco vemos la cohesión de sus formaciones. Para las secuencias gore de dicha batalla se usaron a actores enanos con torsos falsos o con brazos postizos. Dichas secuencias fueron censuradas en la versión estrenada en 1960 y no vieron la luz hasta el 1991.

Al igual que “Ben-Hur”, IMPRESCINDIBLE.

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jueves, abril 02, 2009

Aníbal, el peor enemigo de Roma (Hannibal: Rome's Worst Nightmare)



"Aníbal, el peor enemigo de Roma" es un documental dramatizado de la BBC. Está protagonizado por Alexander Siddig, famoso por su interpretación del doctor Basir en "Star Trek, Deep Space Nine". En líneas generales es lo mejor que se ha hecho para la pantalla sobre la vida del famoso general de la antigüedad.


Lo más destacable es que hace un buen resumen de la Segunda Guerra Púnica. Así veremos, el asedio de Sagunto, el cruce de los Alpes, la pequeña batalla de Ticino donde casi acaba con los Escipiones, el fundamento de la estrategia fabiana, la batalla de Cannas, el ascenso de Escipión, las intrigas del Consejo de Cártago y finalmente la batalla de Zama. Además hace un buen uso de las simulaciones por ordenador e intenta ser lo más fiel a la historia en la ambientación y en la vestimenta, aunque también tiene sus errores: los jinetes montan con estribos.


Aunque algo pro-cartaginesa; los romanos siguen apareciendo como unos imperialistas despiadados que solo estarán conformes con la destrucción total de sus enemigo y así escribir su versión de la historia; también se nos muestra a un Aníbal mucho más duro e inflexible. Le veremos jurar ser enemigo de Roma ante su padre. Contemplaremos a un férreo organizador que no permite chiquillos en sus campamentos y que no duda en arrasar las propiedades romanas para provocar el terror en sus enemigos. Aunque a veces también da la sensación de que intentan presentar a Aníbal como un personaje infalible cuya derrota debe verse como consecuencia de las intrigas del Consejo de Cartago o de la falta de honor de sus enemigos. Después de Cannas, Aníbal no puede entender que los romanos no se rindan pues "según las reglas de la guerra" (sic) deberían de hacerlo. Que yo sepa en aquella época no había "reglas de la guerra" y Roma no era la primera vez que había sido invadida, conquistada incluso la ciudad, y no por ello pedía la paz. Es más, era la forma de asegurarse de que si eras derrotado te arrasarían (como así ocurrió). No en vano cuando en la víspera de Zama, Aníbal le reprocha a Escipión que todo lo que sabe lo ha aprendido de él, éste último le responde que tiene razón y que no cometerá el error de dejar las cosas sin acabar, en clara referencia a Cannas.


Sorprende asimismo que esto sea una producción para la televisión. Cuando acabé de ver este documental pensé en comprar una copia y mandarla al equipo técnico de "Alatriste". Es la mejor demostración de que con cuatro duros, unos cuantos figurantes y un buen ordenador se pueden representar en la pantalla unas gigantescas batallas como Dios manda. No dejo de pensar como habría sido la batalla de Rocroi con que tan sólo hubieran puesto algo de efectos digitales en lugar de gastarse tanto dinero en "cameos" de actores supuestamente famosos.


Lo mejor que se puede decir de este documental es que uno se queda con ganas de más, sobre todo en lo tocante a la explicación de algunas batallas. Hay escenas bélicas que sobran como es la emboscada con las tribus locales antes del cruce de las montañas, pero supongo que los productores decidieron que así no había tanta lucha con romanos. Es una pena que no salgan las batallas de Trebia y la del lago Trasimeno, tan sólo sus resultados. En cuanto a Zama, se explica la táctica de Escipión para neutralizar a los elefantes, pero no como tuvo que disponer su ejército para compensar el hecho de que el ejército cartaginés era el doble de grande que el suyo. Pero aún así, es una producción muy recomendable.



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