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El blog no está muerto pero como podéis comprobar no puedo dedicarle el tiempo que necesita. Si alguien quiere una breve explicación del parón la encontrará aquí. Iré publicando películas y contestando a los comentarios poco a poco. Gracias por vuestra paciencia, atención e interés.

Actualmente hay 269 películas comentadas

En los siguientes links puedes encontrar todas las películas comentadas, bien ordenadas alfabéticamente o bien clasificadas por períodos históricos.

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lunes, marzo 30, 2009

Escipión el Africano (Scipione l'Africano)





La Antigua Roma rara vez es reflejada desde un punto de vista positivo en el celuloide. “Scipione l’Africano” es una de las excepciones. Aunque no es de extrañar si tenemos en cuenta que es una película realizada en 1937 con toda la ayuda del régimen fascista. No en vano el sueño de Benito Mussolini era hacer renacer dicho Imperio y de hecho la película fue estrenada en plena campaña por la conquista de Abisinia. Y que mejor figura que Publio Cornelio Escipión, vencedor de Aníbal.

Lo mejor que tiene la película es su espectacularidad. No se escatimaron esfuerzos y fondos para los decorados y la ambientación. Se contrataron hasta 37.000 extras por lo que las escenas de masas saludando al estilo fascista en medio del foro romano realmente impresionan. Para la recreación de la batalla de Zama se usaron 1.000 caballos y 50 elefantes. No eran tiempos de protección a los animales, y las escenas en que los paquidermos son abatidos son reales. Incluida la secuencia del lanzazo en el ojo a uno de ellos.

En cuanto al trasfondo histórico, es bastante correcto. Comienza con un plano sobre una la llanura de Cannas llena de cadáveres de romanos y un estandarte con un águila cuya ala está rota. Una mano coge dicho estandarte y se oye un “Vendichiamo Canne!”. Mediante una elipsis nos situamos en la Roma del año 205 AC ,cuando Escipión vuelve victorioso de sus campañas en Hispania y expone su estrategia en el senado romano de llevar la guerra a Cartago. El recibimiento de Escipión es una explosión de pura propaganda fascista. Acompañado de numerosos lictores que portan un más que aparente fascio de corte mussoliniano, una inmensa muchedumbre se agolpa junto a él con el brazo derecho en alto. Un paradoja curiosa, Escipión es interpretado por el actor Annibale Ninchi (es el que interpreta al padre de Marcello Mastroiani en “La dolce vita”), y en mi opinión, más que un líder militar parece que interpreta a Fray Angelico. Porque casi toda la película está poniendo carita de alguien que no ha roto nunca un plato. Y encima tiene el pelo rizado cuando Escipión tenía el pelo liso. De hecho, ni siquiera aparece en el cartel promocional.

Como era de esperar, Aníbal está retratado de forma mucho más negativa. No duda en masacrar a sus hombres cuando estos amenazan con amotinarse, y ordenar el saqueo de las tierras romanas, aunque hasta cierto punto eso es lógico pues los cartagineses son los "malos". Pero para hacerle despreciable ante el público italiano se le muestra violando a una abnegada esposa y madre romana que ha sido tomada prisionera en una incursión. A pesar de que la película rezuma maniqueismo en cada fotograma, no cometen el error de mostrar a un Aníbal tonto, sino astuto e inteligente. Así, cuando recibe noticias de los planes de Escipión de invadir Cártago, reconoce que va a hacer lo mismo que él, pero en África.

Otros aciertos desde el punto de vista histórico es que nos muestran las dificultades que tuvo Escipión con el Senado de Roma y como forma su ejército en Sicilia. También veremos al consejo de ancianos de Cártago y las intrigas de la princesa Sophonisba y del rey Syphax para intentar hacer cambiar de bando al principe numida Massinisa. Escipió resolvió el problema lanzando un ataque nocturno por sorpresa al campamento de las fuerzas combinadas de Syphax y Cartago. Con dicho ataque, Escipión se aseguró que Numidia estaría en el lado romano. Después de dicho ataque, el consejo cartaginés intentó negociar pero al mismo tiempo procuró traerse a Aníbal desde Italia. Una vez estuvo allí, Cartago rompió las negociaciones y se dispuso para la batalla.

Y llegamos a la parte más destacable de la película: la batalla de Zama. Hay que reconocer que la productora italiana echó el resto. Antes he indicado el número de extras y de elefantes. Lo cierto es que están bastante bien empleados y los asesores históricos hicieron un trabajo decente. Aunque se ve a los legionarios con la lorica segmentata y escudos cuadrados, también se ven cascos y uniformes más parecidos a los de la República que a los del Imperio y los jinetes montan los caballos sin estribos. Asimismo, Escipión llama a las distintas unidades de la línea de vanguardia de su ejército por sus nombres: velites y hastati. En cuanto a los principes y los triarii, no son mencionados pero se nota su disposición en la segunda de las líneas. Pero lo mejor sin duda es la carga de los elefantes. Son hindúes, pero son lo suficientemente grandes para ir con cesta en el lomo y la carga que realizan es real. Realmente es una secuencia impresionante como se abren las líneas romanas ante su paso y luego son emboscados y alanceados. Pero ahí no acaba la cosa. Porque veremos un espectacular choque de caballería, la desorganización de la segunda línea cartaginesa y como Escipión debe de reorganizar sus líneas antes del choque entre los dos ejércitos al mismo tiempo que manda órdenes para que la caballería númida ataque a la retaguardia. El único fallo destacable de la secuencia de esta batalla es que cuando ambos ejércitos chocan las formaciones desaparecen y se convierten en la típica “melée” confusa en la que se no hay formaciones distinguibles. Carmine Gallone salpimentó la secuencia de la batalla con un montón de tomas “sangrientas” a base de aplastamientos, lanzazos, y espadazos que no tienen nada que envidiar a algunas producciones más actuales. La batalla concluye con un plano de la llanura llena de cadáveres muy parecida a la que abría la película pero esta vez vemos a un legionario que alza con sus dos manos el águila con el ala rota mientras grita “Canne Vindicata!


Pero no debe de extrañarnos que esta película sea una perfecta desconocida. En primer lugar es pura propaganda fascista y como era de esperar ganó la Copa Mussolini de 1937. Pero al estar en el bando perdedor pues ha quedado relegada al olvido. Sin embargo, hay que reconocer que las virtudes cinematográficas de la película no son muchas. No estamos ante un “Octubre” o un “Triunfo de la voluntad”. Ciertamente la batalla de Zama está muy lograda. Pero eso no hace una película. Las gigantescas escenas de masas con el brazo en alto se nota que son eso: una escenografía, un decorado, no transmiten espontaneidad ni autenticidad. Para colmo es una especie de precursora de lo que hoy conocemos como “publicidad encubierta”. Rara es la secuencia en que no haya algo que recuerde al régimen de Mussolini, y la verdad es que eso cansa. De hecho hasta en la propia Italia fue un fracaso. En segundo lugar, el maniqueismo que muestra es demasiado infantil. En la entrevista antes mencionada entre Aníbal y Escipión, todos los romanos montan en caballos blancos y los cartagineses en negros. Los romanos siempre tratan humanamente a los prisioneros e incluso son compasivos con una cría de elefante, mientras que los cartagineses son un ejemplo de crueldad. Los senadores romanos son austeros y nobles mientras que sus colegas cartagineses son unos cobardes traicioneros engalanados con ropas decadentes. Y por último, pero no por ello menos importante, las interpretaciones son patéticas por decirlo suavemente. Recuerdan más a las sobreactuaciones típicas del cine mudo que a las del cine sonoro. Las conversaciones entre Escipión y Massinisa o la entrevista entre Escipión y Anibal previa a la batalla es el mejor ejemplo de ello.

Resumiendo, aburrida en sus primeras tres cuartas partes y bien como curiosidad histórica y cinematográfica en su última media hora.
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miércoles, marzo 25, 2009

Aníbal (Annibale)



Ya he comentado en la anterior entrada que el cine ha sido decisivo en moldear la forma en que nos imaginamos a la Antigua Roma. Siempre ha sido representada como un imperio, bien en expansión o en decadencia. Es cierto que existe una serie de televisión sobre la leyenda de “La Eneida” y un peplum titulado "Romolo e Remo" (que no he visto) protagonizado por el forzudo Stev Reeves. No parecen existir películas sobre la posterior expansión romana por la Península Itálica. Entre los personajes del cine no encontraremos a los etruscos, ni a Cincinato, ni a Tarquino, ni a Pirro o a Régulo, ni tampoco alguna referencia a episodios como las horcas caudinas, la batalla de Heraclea o la Primera Guerra Púnica. Tan sólo un musical basado en la leyenda del rapto de las sabinas y otro peplum dedicado al asedio de Siracusa y la muerte de Arquímedes ("L'Assedio di Siracusa" que tampoco he visto).

Si hacemos un poco de arqueología cinematográfica el acontecimiento más antiguo sobre Roma recogido en el celuloide es la Segunda Guerra Púnica. Aunque es cierto que no debería extrañarnos, pues en dicha guerra luchó uno de los más grandes generales de la historia: el cartaginés Aníbal Barca.

Son varias las películas en las que Aníbal aparece como un personaje principal. De hecho actualmente se está produciendo una en la que será interpretado por el actor Vin Diesel. Se supone que debería haber sido estrenada por estas fechas, pero la IMDB dice que será en el 2011. Ya veremos. Me daré con un canto en los dientes si hacen algo mejor que el peplumAníbal”. Aunque eso no parece muy difícil.

En el blog ya se comentó que a finales de los años 50 del siglo pasado la industria italiana del cine se especializó en dirigir epopeyas históricas de bajo presupuesto conocidas como peplums (en inglés sword and sandal). Lo cierto es que habían tenido una buena escuela. Gran parte del “Ben-Hur” de 1925 se había rodado allí, y adicionalmente hubo una gran producción de películas sobre Roma durante la época del fascismo italiano. Uno podría pensar que quién mejor que los italianos para recrear la Antigua Roma. Bueno, pues lo cierto es que viendo los peplums con trasfondo histórico se cumple el refrán de que en casa del herrero...

Porque “Aníbal” es un peplum muy malo. Supongo que la productora italiana pensó que si ponía en el papel protagonista a una estrella de Hollywood especializada en dramas históricos tendría la taquilla asegurada. Así que contrataron a Victor Mature, que en aquellas fechas ya estaba pensando más en el golf que en el cine. Probablemente esta sea una de sus peores interpretaciones. Pero lo peor es que el resto del reparto no lo hace mejor. La mayor parte de los actores sobreactúan con unos diálogos y poses supuestamente “heroicos”. Y encima pronuncian mal los nombres latinos. En la versión original en italiano dicen “Varone” cuando se refieren a Cayo Terencio Varrón. Por cierto, en la película salen Terence Hill y Bud Spencer, desgraciadamente no se ponen a dar mamporros juntos, porque en ese caso al menos uno podría echarse unas risas. Añadamos a eso una pésima dirección y un guión horroroso y el bodrio está completo. Alguien debió pensar que había que meter un romance estilo Romeo y Julieta así que nada mejor que liar a Aníbal ¡con la sobrina de Quinto Fabio Máximo! en un melodramón que te dan ganas de cortarte las venas cuando ves aparecer a la mujer hispana de Annibal. Lo único salvable es que alguien debió de sentir vergüenza e introdujo algunas escenas en las que se explicaba de pasada la caída de Sagunto como origen de la guerra, el porqué de la estrategia fabiana como única forma de enfrentarse a Anibal y algunas de las intrigas políticas que condujeron al desastre de Cannas.

La cinta está ambientada en los decisivos años entre el 218 con el cruce de los Alpes, y el 216 AC con las famosas "Delicias de Capua" mostrando como el ejército cartagines comienza a ablandarse. La película merecería haber sido una superproducción. Sin embargo la escasez de peculio se nota en casi cada fotograma y no digamos ya cuando llegamos a las escenas de batallas. La cinta no empieza mal. Vemos al ejército cartaginés cruzando los Alpes con los elefantes. Luego los utilizan en una batalla pero su papel fundamental es que sirven para intentar cargarse a la amante romana de Aníbal.

En cuanto a los aspectos bélico-históricos. Veamos, primero lo bueno además de lo dicho antes: Nada, bueno sí, el parche está correctamente colocado en el ojo derecho de Aníbal. Ahora lo malo: el resto. Si esto fuera una producción yanqui podría tener un pase que el ejército romano parezca de la época de Augusto y no un ejército de la Segunda Guerra Púnica con sus velites, sus hastati y sus triarii. También podría entenderse que los legionarios lleven lanzas en lugar de pilum, y que veamos una especie de manípulos mal formados. No nos extrañaría que por motivos del guión la famosa frase “Sabes obtener victorias pero no como aprovecharlas” se diga antes de la batalla de Cannas y no después de ella. Vale también que Aníbal es el protagonista y que debe de ser retratado de manera idílica porque es el “bueno”. ¡Y ni siquiera aparece un solo Escipión!. Pero es que se supone que es una producción italiana y que están hablando de su propia historia.

Sólo se representan dos batallas: una inventada y Cannas. Y cualquier parecido a las batallas históricas entre romanos y cartagineses es pura coincidencia. En la primera se supone que es una mezcla entre Trebia y Lago Trasimeno porque sucede después de que Aníbal ha provocado a los romanos comandados por Cayo Flaminio con los incendios de los poblados, pero también se utilizan a los elefantes. Aunque en la película, para destacar el carácter bondadoso de Aníbal, explican que es él mismo el que inventa esos “rumores de devastación” como estratagema. Y digo lo de batalla inventada porque vemos a los cartagineses cruzando un río y entonces los romanos les atacan ¡montados en unas balsas! Ahí no acaban las barbaridades. Tras la derrota se nos muestra al senado romano como una sarta de explotadores de la plebe y a Fabio pidiendo ¡que se negocie con Aníbal porque está asediando Roma! Pero cuando llegamos a la parte de Cannas es para echarse a llorar. Los romanos deben de cruzar un río como si eso fuera Trebia y no la llanura de Cannas. Supongo que el equipo de efectos especiales debía de ser del todo a 100 y no habían oído hablar de técnicas de trucaje de imágenes porque en lugar de 80.000 romanos lo que vemos es una especie de excursión campestre colegial. Y cuando llegamos a la lucha en sí las famosa disciplina y formaciones de la legión romana brillan por su ausencia y en su lugar tenemos la típica escena en la que todos luchan mezclados y de manera caótica. De hecho, el momento culminante de dicha batalla es la aniquilación de la caballería romana y no el rodeo y exterminio de las legiones.



Horrible película que debería haber sido considerada un atentado contra el patrimonio cultural e histórico de la humanidad.



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lunes, marzo 09, 2009

Ben-Hur



Supongo que cualquier seguidor del blog habrá notado una gran ausencia entre las diferentes películas bélicas e históricas que han sido tratadas. Así que nada como llegar a los 200 comentarios para comenzar un ciclo dedicado a ROMA. Y para ello he escogido la película más conocida sobre dicho periodo, aunque paradójicamente es una de las menos históricas.

La archifamosa película "Ben-Hur" de 1959, de la que se cumple el 50 aniversario de su estreno, es en realidad un remake de una película muda de 1925. Y ni siquiera esa fue la primera adaptación. En 1907 se estrenó una versión de 15 minutos que tan sólo se centraba en la carrera de caballos. Como extras se contrató al personal y a los caballos del departamento de bomberos de New Jersey. La principal fama de dicho cortometraje sin embargo reside en el hecho de que fue la primera vez que se demandó a una productora cinematográfica por violar los derechos de autor de una obra escrita.

La novela "Ben-Hur, un cuento de los tiempos de Cristo" fue escrita por Lew Wallace, un antiguo general de la Unión que luchó en la Guerra Civil Nortemaricana. Participó en la batalla de Shiloh y fue miembro del consejo de guerra que juzgó al comandante del campo de Andersonville. Entre 1878 y 1881 fue gobernador de Nuevo Méjico y llegó a ofrecer el perdón a Billy el Niño si se comprometía a no seguir delinquiendo. La inspiración le vino en un viaje que realizó en tren en 1873 junto a un compañero de armas. Al parecer en dicho viaje entabló un debate sobre temas religiosos. Tras la discusión Wallace salió con su fe cristiana reforzada y se dispuso a escribir una obra que expresase sus creencias. Se inspiró en parte en sus propias experiencias bélicas y en la obra "El conde de Montecristo". En 1880 la novela vió la luz y se convirtió en un best-seller. Fueron numerosas las adaptaciones teatrales de la obra por lo que no es de extrañar que fuera un tema que se plasmara en el cine en fecha tan temprana.





Sobre el primer largometraje de "Ben-Hur" . En 1922 la Metro Goldwyn Mayer compró los derechos para la pantalla por 600.000 dólares de la época. Parte de la película se filmó en Italia, sobre todo las escenas navales llegándose a construir tres galeras a tamaño natural e incontables miniaturas. El incendio que se ve de uno de los barcos con los tripulantes saltando es real, no es un efecto especial. Se incendió y el director continuó filmando. La carrera de cuadrigas se filmó en Hollywood. Se rodaron un total de 61.000 metros de película de los que sólo se aprovecharon 229. Para hacerla más realista se decidió que se daría un premio de 100 dólares al ganador. No cabe duda que se consiguió porque la secuencia fue copiada casi fotograma a fotograma en la versión de 1959. Pero también ocurrió que uno de los especialistas tuvo un accidente mortal y desde entonces se legisló para evitar los abusos a los extras. Otras curiosidades son que las escenas ambientadas en Roma están filmadas en technicolor, que hay alguna escena "gore" y que hay más de un desnudo, tanto masculinos como femeninos, en la película. Tras gastarse un total de 4 millones de dólares la película vió la luz en 1925. A pesar de que no funcionó mal en taquilla no cubrió los gastos hasta pasado bastante tiempo, por lo que económicamente fue un fracaso. De todas formas si uno es un gran amante del cine esta película debe de verla por lo menos una vez.


Pero sin duda es la versión de 1959 protagonizada por Charlton Heston la más famosa de todas y con razón. Superó con creces a su predecesora. En mi caso particular también la vi en la niñez. Mi colegio la proyectó en el salón de actos y doy fe que quedé totalmente impactado por la escena de la batalla naval y de la carrera de cuadrigas. También me llamó la atención el hecho de que el rey Baltasar (Finlay Currie) es blanco en lugar de negro. A lo largo de mi vida la he visto infinidad de veces en la tele pues es un clásico de las películas de Semana Santa o de Navidad. Mi secuencia preferida es el duelo de voluntades a golpe de remo y timbal entre Charlton Heston y Jack Hawkins. También reconozco que me quedé clavado en la butaca al contemplar como el barco pirata irrumpe en la nave de Ben-Hur mientras vemos a los desgraciados galeotes aplastados o mutilados, una sensación que sólo la he vuelto a tener en contadas ocasiones. Soy de la opinión de que cualquier estudiante de cine debería de ver esta película obligatoriamente en pantalla grande como parte de su formación académica. Es una de las obras cumbres del CINE.


La producción de dicha película tiene su propia historia. A mediados de los años 50, la MGM se encontraba en serios problemas económicos y se jugó todo a una carta. Se decidió hacer un remake de "Ben-Hur". Esta vez iba a ser algo más barato porque no había que pagar derechos de autor ya que todavía los poseían. Como director se escogió a William Wyler, que había trabajado como director ayudante en la versión de 1925. Para la música se escogió al compositor Miklós Rózsa que realizó una de las partituras más reconocidas del cine. Nuevamente una parte del rodaje volvió a filmarse en Italia, en los estudios Cinecitta. Pero la MGM destruyó los decorados para evitar que los italianos los utilizasen para sus peplums. También se decidió que se utilizaría el formato de 65 mm que daba un espectacular aspecto panorámico. Se tuvo que construir unos 300 decorados, incluida una galera a tamaño real, y se gastaron 15 millones de dólares. Pero la película fue uno de los mayores éxitos del cine. Se recaudaron 75 millones de dólares, salvando a la MGM de la bancarrota. Fue la primera película en ganar 11 oscars, record que solo ha sido igualado por "Titanic" y "El Señor de los Anillos". Pero hay que recordar que en 1997 y en el 2003 había más categorías de premios que las que había en 1959 (por ejemplo la de Mejor Edición de Sonido). En comparación, "Ben-Hur" tiene oscars de mejor calidad que las otras dos.


"Ben-Hur" es la quinta esencia del cine entendido como espectáculo. Una trama de amistad que se transforma en odio, una búsqueda de venganza, una historia arquetípica del héroe que cae y se vuelve a levantar, un romance entre dos personas de clases distintas, uno de los mejores papeles de malo del celuloide, la lucha contra un imperio y como guinda del pastel las espectaculares escenas de la batalla naval y de la carrera de cuadrigas. Sin embargo, como ya he indicado más arriba, lo más paradójico de esta producción es que tiene muy poca fidelidad histórica. Jesucristo es un personaje secundario que simplemente nos sirve para situar en el tiempo la historia de Juda Ben-Hur. En cuanto a la famosa escena de la carrera de cuadrigas, es muy espectacular, pero nunca hubo un circo romano en Jerusalén, ni pequeño ni grande. Respecto a los legionarios romanos que salen, más o menos están bien uniformados, aunque la lanza que llevan es muy poco parecida a un pilum de la época de Augusto. Y en cuanto a la espectacular escena de la batalla naval contra los piratas, bueno la Marina Imperial Romana no utilizaba galeotes. Los remeros de una galera de combate romana eran marinos profesionales muy bien pagados. Era imprescindible una buena coordinación para remar y eso no se conseguía con esclavos. Si un remo fallaba podía provocar una descoordinación en el grupo (así que nada de desmayos como los que salen en la escena de ¡Boga de ariete!). Adicionalmente en esa época el arma principal de los combates navales era la catapulta y no el espolón. Ciertamente los espolones aún se usaban, pero principalmente para mejorar la hidrodinámica de la galera, no para el ataque.


Y sin embargo esta película es a su vez uno de los estereotipos más extendidos que tiene la sociedad actual de la Antigua Roma. Un gran imperio que se extendía por tierra y mar, que creó ciclópeas construcciones para la diversión y para manifestar su poder, con una de las mejores máquinas militares de todos los tiempos, pero que, salvo excepciones, manifestaba una gran crueldad imperialista y sojuzgaba a todo pueblo que se cruzaba en su camino. No en vano, una de las más famosas, y equivocadas, frases de Ben-Hur es la que le dice al malvado Messala (Stephen Boyd): "Algún día Roma caerá, y entonces se oirá un gran grito de júbilo como nunca antes se había escuchado".


IMPRESCINDIBLE.



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miércoles, marzo 04, 2009

El Yang-Tse en Llamas (The Sand Pebbles)

origen de la imagen
Para acabar el ciclo de guerras coloniales en China traigo una de esas películas que rozan la maestría, pero que desgraciadamente se están quedando como joyas clásicas escondidas para el disfrute de los cinéfilos.

También vi "El Yang-Tse en llamas" cuando era pequeño. Concretamente en el programa "Sábado cine". La tengo en la memoria porque fue una de las primeras que vi en la tele en color que había comprado mi padre y también porque es una de las primeras veces que me fuí a la cama más allá de la medianoche. La película dura 3 horas y la echaban con anuncios. Mi madre se fue a dormir hacia la mitad. Mi padre se quedó conmigo viendo las peripecias de Steve McQueen en la destartalada cañonera "USS San Pablo" mientras patrulla el río Yang-Tse en la turbulenta China de 1926.



Aviso, voy a contar detalles de la película. Si no la has visto mejor deja de leer.



La historia me enganchó desde el principio. La tensión y el drama se iban acumulando al mostrarnos a Jake Holman, un maquinista rebelde e individualista interpretado por MacQueen en medio del caos en el que estaba hundida la China de comienzos del siglo XX. La cañonera “San Pablo” es un cascarón que poseía una doble tripulación. Por cada marinero hay un sirviente chino o coolie que hace su labor. Incluso Holman tiene su contrapartida en un “jefe de máquinas” chino. El capitán interpretado por Richard Crenna, es el típico oficial jovenzuelo que prefiere mirar a otro lado y evitarse problemas. También nos muestra su amistad con el marinero Frenchy (Richard Attenborugh) y el chino Po-Han, interpretado por el japonés Mako. Holman conocerá a una misionera (Candice Bergen) de la que se enamorará. Pero la situación se va deteriorando. La cañonera recibe orden de rescatar a los misioneros amenazados por los chinos. El “San Pablo” consigue abrirse camino y llegar hasta los misioneros, unos auténticos idealistas que creen que sus ideas les harán inmunes a las balas. Crenna intenta evacuarlos, pero ellos se niegan. El jefe de los misioneros les dice que se han declarado “apátridas” y que los rebeldes chinos no les harán daño. Era la primera vez que oía esa palabra y le pregunté a mi padre que significaba. Después de escuchar la breve explicación paterna vi como el misionero caía muerto y comprendí que sus ideas no le habían protegido. También vi caer a Richard Crenna porque en ese momento decide dejar de “mirar a otro lado” y cumplir con su deber. El grupo se queda sin líder pero allí estaba Steve MacQueen tomando el mando del grupo y empuñando un BAR conseguía proteger la retirada del grupo con la chica. Cada vez había más chinos, pero estaba convencido de que al final MacQueen se salvaría pues era el bueno y tenía que besar a la chica y entonces...

¡MacQueen recibió un disparo! Se apoyó sobre una columna, se sentó, dijo: Yo estaba en casa, ¿Que ha pasado? ¿Que demonios ha pasado? y ¡¡¡se murió!!!

No podía creérmelo. El protagonista había muerto en el último momento. Y además era Steve MacQueen. No era posible. Yo había visto en otras películas que los “malos alemanes” le capturaban y le encerraban, pero no moría. No podía ser. Le pregunté a mi padre, que como era eso posible. El protagonista no podía morir así. John Wayne moría en “El Alamo” pero de forma heroica y se llevaba por delante un montón de mejicanos. Aquí era un puñado de chinos matando a MacQueen y se moría sentado diciendo una frase sin sentido. Me había tragado tres horas de película para al final ver morir a MacQueen. No tenía sentido.

Con el tiempo la volví a ver. Como es lógico entendí el porqué tenía ese final. No me gustaba, pero era lógico. MacQueen en un momento dado deja de ser el cínico individualista y se convierte en alguien que se preocupa por su chica y que se dispone a sacrificar su vida por ella. Toma dicha decisión y apechuga con ella. No muere por el deber cumplido, como le ocurre a Richard Crenna, o porque está en el momento malo y en el sitio equivocado como le ocurre al amigo chino (su muerte recuerda mucho a un determinado momento de “El último mohicano”). En mi opinión el problema de esta película es que es un dramón demasiado largo. Hacia el final sobre todo su ritmo decae bastante. Pero aún así es recomendable verla si no se ha tenido la oportunidad.

El contexto histórico de la película es la época en que China se encontraba en medio de terribles luchas intestinas a causa de la imparable caída de la dinastía Qing. Tras la nueva derrota de la revuelta Boxer, el movimiento nacionalista no desapareció, sino que se hizo más fuerte y con un carácter más modernizador. Sin embargo dicho impulso se marchitó entre las luchas de los señores de la guerra. Tras la Primera Guerra Mundial los pensamientos comunistas encontraron terreno fértil entre las masas chinas. Una nueva guerra civil comenzó. Muchas potencias extranjeras intentaron proteger a sus ciudadanos, entre ellos los USA recurriendo a la Diplomacia de las Cañoneras. Pero el problema se hacía cada vez más grave. Los japoneses estaban en plena expansión. El acontecimiento histórico en el que parece estar basado la novela es el llamado incidente de Panay, aunque este sucedió entre japoneses y norteamericanos.


El director es Robert Wise, uno de los más polifacéticos directores de Hollywood. Es el mismo de “West Side Story”, pero también de “La amenaza de Andrómeda”, “Helena de Troya” o “Ultimátum a la Tierra”. La producción fue filmada en Hong-Kong y Taiwan. La banda sonora es de Jerry Goldsmith y ciertamente realizó un buen trabajo. La historia es la adaptación de una novela homónima. El título en inglés es un juego de palabras con el nombre del barco. En inglés “San Pablo” se pronuncia de manera muy parecida a “Sand Pebbles” (guijarro de arena). Muchos encontrarán bastantes semejanzas entre lo que se cuenta aquí y la guerra de Vietnam. De hecho hay un paralelismo evidente entre esta película y “Apocalypse Now”. Pero resulta que esta película fue estrenada en 1966 y el libro es de 1962. Dicho conflicto aún estaba lejos.

Notable clásico, aunque algo largo.


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