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El blog no está muerto pero como podéis comprobar no puedo dedicarle el tiempo que necesita. Si alguien quiere una breve explicación del parón la encontrará aquí. Iré publicando películas y contestando a los comentarios poco a poco. Gracias por vuestra paciencia, atención e interés.

Actualmente hay 269 películas comentadas

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martes, noviembre 24, 2009

Enrique V (Henry V)





Dirigida e interpretada por Kenneth Branagh, "Enrique V" está considerada por muchos como la mejor adaptación cinematográfica de una obra de Shakespeare. Es cierto que supera a la versión dirigida por Laurence Olivier en 1944, pues no tuvo que sufrir restricciones propagandísticas. Otra cosa es compararla con el resto de las numerosas adaptaciones que existen sobre obras shakesperianas. Supongo que ahí cada uno tendrá su favorita.

Lo mejor que se puede decir de esta película es que Kenneth supo mezclar magistralmente la interpretación teatral con el realismo más crudo. Fue bastante fiel a la obra escrita y así veremos el triste destino de Falstaff o de otros amigos de francachela, tras el cambio que supuso para la personalidad de Enrique el ser coronado y la responsabilidad que conllevaba. Y como guinda del pastel contó con un elenco de actores de primer nivel. Derek Jacobi ejerce de coro que nos introduce en la obra, Brian Blessed interpreta al duque de Exeter, Ian Holm es el capitán Fluellen, Judi Dench hace de mesonera y un jovencísimo Christian Bale da vida a un paje. Todo un mérito de Branagh el disponer de esos ingredientes y de mezclarlos tan bien.

Nuevamente volveremos a ver reflejados los dos eventos bélicos principales de la campaña de Enrique V durante la Guerra de los Cien Años. Por un lado el asedio de Harfleur, pero al contrario que la última vez, aquí veremos como Enrique conmina al burgomaestre a la rendición del puerto. Después de la misma, Enrique se dirige con su maltrecho ejército hacia Calais - sin buscar la batalla pero tampoco rehuyéndola - siendo interceptado por el ejército francés tras el cruce del Somme.

El famoso discurso de San Crispín es uno de los momentos cruciales de la película. El montaje es muy bueno y de alguna manera consigue que unas palabras tan teatrales parezcan adecuadas para la situación e incluso verídicas. De ese discurso viene la expresión "Band of borthers" que da titulo a la famosa serie de Spielberg.

Es entonces cuando se desarrolla la Batalla de Agincourt. De nuevo se vuelve a poner énfasis en la carga de caballería desbandada por la efectividad del arco inglés y en las luchas cuerpo a cuerpo entre nobles franceses y británicos. Aunque en el momento de producirse la película se conocía que el desarrollo de dicha batalla no fue así, pues primero cargaron los caballeros a pie seguidos de la caballería, Branagh prefirió ser fiel a como se consideraba que se había desarrollado la batalla cuando se escribió la obra. De todas formas, esta vez veremos el resultado de lo que se conoció como la masacre de los pajes, aunque no veremos la ejecución de los nobles franceses prisioneros pues no está presente en la obra de Shakespeare.

Es justo reconocer que las escenas de la batalla son bastante buenas incluso para los estándares de hoy en día. Personalmente creo que sirvieron de inspiración para la exitosa "Braveheart". Es cierto que tienen algunos fallos, como por ejemplo que un muerto se mueva o que haya más de una escena que se repite en diferentes momentos como la del infante francés muriendo. Sin embargo, lo mejor de dicha secuencia bélica no es la lucha sino su resultado. Tras la victoria y en un emotivo travelling de más de tres minutos vemos como el ejército inglés marcha en procesión por el desolado campo de batalla cantando el himno religioso Non Nobis para dar las gracias a Dios por la victoria. Creo que es una de las mejores secuencias filmadas en la que se hace realidad el dicho de Wellington de que sólo hay una cosa más terrible que una batalla ganada y es una batalla perdida.

El final de la película puede descolocar. Cinco años después de la batalla se firmó el tratado de Troyes, aunque dicha parte se centra en el diálogo romántico entre Enrique y la princesa Catalina de Francia y no parece estar en consonancia con los horrores que acaba de contemplar el espectador. Pero no hay que olvidar que la obra es un drama de 1599 y que cuando se escribió los efectos especiales del teatro no eran tan realistas. Además, Catalina representa el dulce fruto de la victoria y la posibilidad del hermanamiento de dos reinos. Una posibilidad que se desvaneció con Enrique VI tal y como nos recuerda Derek Jacobi en las ominosas últimas frases de la obra.


Imprescindible y emocionante.




Videos relacionados:

  • Prólogo de Derek Jacobi
  • Entra el rey
  • Bolas de tenis
  • Los franceses, avisados
  • Traición de los nobles ingleses
  • Harfleur: "A la brecha"
  • Capitulación de Harfleur
  • Lección de inglés de Catalina
  • Ultimatum al rey de Francia
  • Ejecutando a Bardolph
  • Noche antes de la batalla
  • Discurso de San Crispin
  • "Dios mío, dispón del día según Tú voluntad"
  • "El día es vuestro"
  • Non Nobis
  • Tratado de Troyes
  • Enrique y Catalina-1
  • Enrique y Catalina-2
    • lunes, noviembre 16, 2009

      Alfredo el Grande (Alfred the Great)





      La película "Alfredo el Grande" fue un intento de la industria cinematográfica británica de volver a coger el tren de las grandes producciones épicas medievales tan típicas de los años anteriores, pero esta vez huyeron de las obras shakespirianas. Intentaron producir una obra que aunque estuviera ambientada en la antigüedad, también tuviera un cierto aire contemporáneo. Y ese fue uno de sus errores.


      Alfredo el Grande fue el primer rey anglosajón que se autoproclamó como Rey de Inglaterra después de los tiempos de la caída del Imperio Romano. Reinó sobre lo que hoy se conoce como Wessex, y lo defendió de las invasiones vikingas, entre los años 871 y 899. Fue una persona bastante instruida, devota y culta. En principio no estaba destinado a ser rey pues era el cuarto en la línea sucesoria. En el 854, con cinco años de edad, viajó a Roma y Francia con su padre Ethelwulf, pues éste tenía que formalizar una serie de alianzas. Tras la muerte de su padre, el reino de Essex pasó a su hermano mayor Ethelbald, luego a su hermano Ethelberd y finalmente a su hermano Ethelred en el 866. Dos años después los daneses invadían el vecino reino de Mercia y Wessex acudió en su ayuda. Fue entonces cuando Alfredo se descubrió como un gran líder militar. Durante el año 871 ocurrieron nueve enfrentamientos. En principio la invasión pareció ser frenada en la Batalla de Ashdown (que se recrea al inicio de la película). Pero en abril del 871, Ethelred murió en la Batalla de Merton y Alfredo ocupó el trono. En mayo los ingleses volvieron a ser derrotados, los daneses ocuparon Londres y Alfredo se vio forzado a firmar una tregua y pagar tributo.


      Alfredo no se quedó ocioso. Se dio cuenta de que en campo abierto los daneses eran mejores que los ingleses y que la paz no duraría, así que diseñó una defensa en profundidad para pararlos. Construyó una serie de burgos y pequeños castillos que estorbasen las maniobras y los suministros de los invasores. Simultáneamente impuso las levas a las poblaciones para organizar una milicia que actuara como un ejército campal. En el 876, bajo el liderazgo del rey Guthrum los daneses tomaron la fortaleza de Warehan, pero Alfredo consiguió aislarles. Para levantar el asedio se negoció una nueva paz y se intercambiaron rehenes. Pero los daneses volvieron a romper el tratado y en enero del 878 atacaron por sorpresa la fortaleza de Chippenham donde se había acuartelado Alfredo para pasar el invierno. Alfredo escapó de milagro y se refugió en las marismas del Somerset. Allí construyó un fuerte en la isla de Athelney y desde esa posición inexpugnable se dedicó a organizar un nuevo ejército con las milicias de la zona. En mayo de ese mismo año, Alfredo surgió con su ejército de las marismas, derrotó a los daneses en la Batalla de Ethandun (el clímax de la película), y volvió a asediarles en Chippenham. Esta vez no se dejó engañar por Guthrum y el asedio continuó hasta la rendición total de los daneses. Alfredo impuso además una condición para levantar el asedio: Guthrum y sus 29 pares debían convertirse al cristianismo. Fue una buena jugada diplomática. Desde ese momento Guthrum pasaba a ser un enemigo del resto de reinos vikingos y a ser un aliado obligado de Alfredo. Un año después se negoció un tratado por el cual se dividían el reino de Marcia entre Alfredo y Guthrum, quedándose el primero con Londres. Alfredo todavía tuvo que lidiar con otras invasiones vikingas, siendo la principal la del año 893, pero su poder no volvió a ser amenazado.


      Pues bien, esta interesante historia se llevó a la pantalla con actores como David Hemmings en el papel de Alfredo y de Michael York en el de Guthrum. Los productores pusieron un montón de dinero en la película. Fue filmada en Irlanda, contratándose a un montón de extras y actores debutantes (uno de ellos era Ian McKellen). Se intentó recrear en lo posible la Inglaterra del siglo IX en vestuarios y decorados. Se llegó a grabar en la roca un caballo blanco de 30 metros que debía de verse en una espectacular batalla y que debía representar la Britania druídica. Desgraciadamente el director era Clive Donner, cuyo principal mérito hasta el momento era la película "What's new Pussycat?", y lo que se consiguió con todo ese esfuerzo fue un auténtico ladrillo.


      Como he indicado más arriba un defecto de este film es que trató de ser contemporáneo. Y claro, si tenemos en cuenta que 1969 lo contemporáneo era el movimiento hippy con su lema haz el amor y no la guerra, podemos empezar a entender algunas de las "licencias históricas" de la película. Así, la devoción cristiana de Alfredo se transforma en una forma de reprimir una pulsión sadomasoquista que provoca que su mujer, la reina Ealswith, se enamore de Guthrum y se acueste con él. Y el ejército de Alfredo sea una "milicia popular" con mujeres ancianos y niños, o que la supuesta falange macedonia se convierta en una especie de desfile de majorettes que forman en triángulo, o que los daneses salgan como un ejército disciplinado y uniformado de negro. Pero el principal defecto de la película es que es aburrida y lenta. Las dos horas que dura parecen cuatro.


      Sólo para los que le gusten los culebrones medievales




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      miércoles, noviembre 11, 2009

      Ricardo III (Richard III)


      "Ricardo III" es la obra que cierra la trilogía shakesperiana de Laurence Olivier ("Enrique V" fue la primera y "Hamlet" la segunda). Fue estrenada en 1955 y no fue tan exitosa como sus predecesoras. Pero en mi caso, esta película es mi preferida de todas las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de las obras de Shakespeare, y Ricardo de Gloucester uno de los mejores villanos de la ficción.

      Como en "Enrique V", Olivier volvió a realizar la película como si fuera la representación de una obra de teatro, salvo la parte culminante de la batalla de Bosworth, que fue filmada al aire libre en tierras manchegas. Pero en esta obra Ricardo es el opuesto absoluto a Enrique, pues donde antes había nobleza ahora hay absoluta villanía. Además, Olivier introdujo una novedad. Su personaje de Ricardo está constántemente dirigiéndose a la audiencia para explicar sus planes, dobleces y traiciones. Con ello se consigue que el espectador se convierta en complice de la trama y que incluso comprenda la psicología y motivaciones del personaje. Podemos encontrar un ejemplo actualizado de dicha forma de interpretación en la serie televisiva "Dexter".

      La historia está ambientada en la parte final de la guerra civil inglesa conocida como Guerra de las Rosas. Comienza con la ceremonia de coronación del rey Eduardo IV, y desde ese mismo momento vemos a Ricardo conspirar para hacerse con el trono. Ricardo es un ser deforme cuyo físico refleja su maldad, aunque ésta es desconocida para aquellos que le rodean. Para conseguir su objetivo no dudará en engañar, traicionar, seducir, adular e incluso asesinar a su hermano y a sus sobrinos. Por lo que se sabe, el auténtico Ricardo III no era mucho más malvado o noble que cualquier otro gobernante de la época, y ni siquiera estaba tullido o deforme. Pero la propaganda de la casa de Lancaster fue bastante efectiva a la hora de dejar un cuadro negativo de dicho personaje para la posteridad. Y debemos reconocer que Shakespeare hizo un buen trabajo con su leyenda.

      Como he indicado antes, Olivier encarna a un magnífico villano en su ascenso al poder y posterior caída. Es retorcido, carente de escrúpulos, implacable, ambicioso, y valiente. Creo que es precisamente esa última cualidad lo que le hace grande dentro de su maldad. Es posible pensar que su famosa frase - ¡Un caballo! "Mi reino por un caballo! - muestre la cobardía final del personaje. Pero yo lo dudo. Tengamos en cuenta que sólo lo dice cuando ve todo perdido tras la traición de Lord Stanley, y a pesar de ello sigue combatiendo hasta el final muriendo con la espada en la mano (Sí, lo reconozco, esa escena final está demasiado teatralizada). Y Shakespeare no podía mostrar como un cobarde a un rey inglés, por muy vil asesino que fuera.

      Aunque la obra recoge diversos acontecimientos históricos como es el asesinato de su hermano, el Duque de Clarence, la desaparición de los príncipes, o la caída en desgracia de Buckingham, el evento más importante es la Batalla de Bosworth. La recreación es bastante buena si consideramos el vestuario y tenemos en cuenta que está realizada en los años 50, aunque la dehesa manchega no se parece mucho a la campiña inglesa. Lo más destacable es como se van disponiendo las distintas tropas según Ricardo va explicando el plan de batalla realizando un croquis en la arena. Como la batalla fue filmada en España hay una curiosa anécdota. El pintor Salvador Dali realizó un retrato de Laurence Olivier caracterizado como Ricardo III. El actor guardó dicho retrato hasta que tuvo que venderlo para pagar los estudios a su hijo.

      Si no al cielo ¡de la mano todos al infierno!



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