
En 1915, el escritor John Buchan publicó una novela de espías ambientada en los momentos anteriores al estallido de la Primera Guerra Mundial titulada "Los treinta y nueve escalones". La obra fue un éxito de ventas y llegó a sr un "best-seller" de las trincheras. La popularidad de la obra se mantuvo incluso después de acabada la guerra.
Tras la
llegada de Adolf Hitler al poder, los miedos a una Alemania agresiva renacieron en Gran Bretaña y Francia, por lo que no es de extrañar que se volvieran a poner de moda las obras y películas sobre espías y conspiraciones teutonas. En 1934, el director Alfred Hitchcock estrenó su primera adaptación de "El hombre que sabía demasiado", que tuvo una buena acogida. Un año después Hitchcock adaptó la obra de Buchan. "
39 escalones" fue un absoluto éxito de taquilla. Aunque en ningún momento de la película se alude a que la organización de espías enemigos que actúan en Gran Bretaña sea de nacionalidad germana, eso no importa. Tanto para los británicos que conocían la obra de Buchan, como para cualquier espectador, está muy claro a que país pertenecen los
malos.
"39 escalones" es famosa en la historia del cine por muchos motivos. Está considerada la primera obra maestra del genio británico desarrollando el tema de tipo normal que está en el lugar equivocado en el momento equivocado y que llevará al virtuosismo en "Con la muerte en los talones". La película es muy corta (75 minutos) y su ritmo trepidante hace que incluso parezca tener una duración menor. En su contra está el hecho de que quizás la trama puede pecar de ingenua en algunas ocasiones, pero todos los elementos de lo que luego sería conocido como género de Suspense están ahí.
Hay varias otras secuencias destacables y que luego Hitchcock volvería a utilizar en sus posteriores producciones. Una es la del discurso político totalmente lleno de demagogia que debe de soltar el protagonista en un determinado momento mostrándonos lo fácil que puede llegar a ser el manipular a las multitudes. Otra son las diferentes peripecias que suceden en el tren. Pero probablemente lo mejor de la película es el momento en que los protagonistas están esposados y deben de sortear una serie de situaciones dignas de la mejor comedia. Asimismo, hay escenas bastante insinuantes con un contenido erótico algo subidillo para la época, como puede verse en la secuencia del vendedor de sujetadores, o por supuesto la escena de la media cuando ambos protagonistas deben de pasar la noche esposados. Es conocida la broma pesada que Hitchcock gastó a los dos protagonistas. Parece ser que decidió comenzar el rodaje con un ensayo de una de las escenas en la que son esposados. Después de rodar una escena algo insulsa les dijo que se habían perdido las llaves y no les liberó hasta varias horas después. Y una curiosidad, es la primera película en la que sale un autogiro como elemento de la trama.
Asimismo, es la primera vez en la que Hitchcock utiliza la técnica del MacGuffin. Se supone que es la trama principal de la historia y por la cual los malos y los buenos se pelean, pero en el fondo carece de importancia para el argumento de la historia. En "39 escalones" lo importante son las aventuras de Robert Donat y Madeleine Carrol, mientras que el MacGuffin son los famosos planos de un nuevo motor, pero podía haber sido perfectamente la receta de como hacer un Haggis. Hitchcock llegó a decir que en historias de rufianes siempre es un collar, y en historias de espías siempre son los documentos.
Podría decirse que "39 escalones" fue el primer escalón de la maestría de Hitchcock
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