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El blog no está muerto pero como podéis comprobar no puedo dedicarle el tiempo que necesita. Si alguien quiere una breve explicación del parón la encontrará aquí. Iré publicando películas y contestando a los comentarios poco a poco. Gracias por vuestra paciencia, atención e interés.

Actualmente hay 269 películas comentadas

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lunes, enero 28, 2008

Expiación (Atonement)


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Aunque pensaba terminar el ciclo dedicado al melodrama bélico producido en los años 1940 y 50 con la anterior película, este pasado domingo fui a ver "Expiación" por lo que me parece bastante apropiado el comentarla ahora, aunque sea un melodrama realizado en el siglo XXI. Pero, el que avisa no es traidor: voy a contar detalles de la película. Así que si alguien no la ha visto y planea verla, mejor que deje de leer el comentario.

En los anteriores melodramas comentados la Segunda Guerra Mundial es un elemento crucial del trasfondo pues altera completamente la vida de los personajes. En "Casablanca" los separa mientras que en "Tener y no tener" los une. En "De aquí a la eternidad" el estallido de la guerra es el fin de la trama, mientras que en "Los mejores años de nuestra vida" el final de la guerra es el inicio de la nueva vida de los personajes. Por último, "Tiempo de amar, tiempo de morir" comparte con "Expiación" la característica de que una guerra puede acabar con un romance, aunque en la obra de Remarque los amantes disfrutan precisamente de lo que dice su título: tiempo. Eso es algo de lo que carecen los protagonistas de "Expiación", precisamente porque la guerra se lo arrebata.

En mi opinión la película podría haber dado más de si. la historia es más que interesante. Tiene una destacable banda sonora en la que los golpes de una maquina de escribir recrean los latidos de un "corazón delator" (Aunque lo de meter el golpeteo de las teclas en la partitura no es tan original como parece a primera vista. Jerry Lewis tiene un gag muy bueno con esa misma idea). La fotografía y ambientación está muy cuidada como cabe esperar de una producción británica. Disfruté cuando se nos muestra que un mismo suceso puede tener dos interpretaciones distintas. Finalmente la maestría técnica del director queda más que demostrada con el largo plano secuencia de la playa de Dunkerke. Sin embargo, opino que falta un ingrediente fundamental en un melodrama; no se trasmite pasión.

Personalmente creo que en parte eso es debido al plantel de actores. En mi opinión solo hay dos que destacan y curiosamente son la novata Saoirse Ronan y la veterana Vanessa Redgrave que interpretan el personaje de Briony en la adolescencia y en la vejez. El resto creo que no están a la altura que cabría esperar. En la primera parte de la película el director Joe Wright consigue que estemos pendientes de la imaginación y caprichos de una niñata de clase alta. Una imaginación que será la causa de los males de la pareja protagonista. En la parte final, una anciana nos consigue trasmitir todo ese sentimiento de culpa que ha llevado arrastrando durante toda su vida y como intenta hacerse perdonar mediante una ficción que remedie su pasado error. Es la parte de en medio la que no llega a cuajar. La pareja protagonista y la pareja antagonista son simplemente unos clichés. Wright no consigue que sintamos empatía por esos amantes separados a causa de la guerra.

Sobre el trasfondo histórico. Como ya he comentado la película tiene un gran plano secuencia de las playas de Dunkerque antes de la evacuación de la Fuerza Expedicionaria Británica. Recuerda a algunas obras de Fellini en las que la secuencia parece una composición pictórica y que nos permite asumir de un vistazo toda la locura que debió de suponer dicho evento. En el aspecto de la técnica cinematográfica hay que reconocerle el mérito (todo a base de extras y nada de efectos digitales), pero en el aspecto histórico... más bien no. Por partes.

El toque "felliniano" le quita credibilidad a la secuencia. Se supone que tiene que mostrar el horror y la locura de la guerra. En lugar de eso piensas en lo bien hecha que está y en que parece un "posado" lo que da un absurdo toque de irrealidad y festividad a algo tremendamente dramático y caótico. Supongo que el coro está ahí para conmover al espectador, pero a mi me recordó a un anuncio de un banco o una empresa energética.

Aunque lo de dar a elegir a un reo entre pena de prisión o alistamiento sucedió durante la IIGM, el protagonista sirve en el Royal Sussex Regiment. Por lo que yo se, en esa época sólo se alistaban voluntarios en ese regimiento. Ya estaban lejos los tiempos en que el ejército británico era la escoria de la tierra en palabras de Wellington. Un ex-convicto dudo mucho que hubiera sido admitido en dicha unidad.

Hubo soldados negros en el ejército británico durante la IIGM. Otra cosa es la casualidad de que salga uno en plena evacuación de Dunkerke. Personalmente creo que la presencia de dicho personaje es para cubrir la cuota políticamente correcta de representación de minorías étnicas en el reparto de actores.

Un detalle que me gustó es el que apareciesen personal de la Marina tratando de organizar la evacuación. Eso es totalmente histórico. Como también lo fue el hecho de tomar la decisión de dejar a muchos heridos detrás. Pero esa escena tiene un error histórico. El oficial naval dice que el Lancastria fue hundido el día anterior y que se perdieron 3.000 vidas. La evacuación de Dunkerke tuvo lugar entre el 26 de mayo y el 4 de junio. El RMS Lancastria fue hundido el 17 de junio cerca del estuario del Loira. No es el único fallo histórico. En otra escena que se supone que transcurre en 1935 sale un cuatrimotor.

No me gustó en cambio que no apareciese nada de las causas de la evacuación en Dunkerke (y ni una sola acción bélica), por lo que uno no sabe muy bien que hace todo aquel montón de soldados en esa playa aparte de emborracharse, romper cosas y montar en los caballitos.

No he encontrado nada sobre un crimen de guerra en el que se fusilase a chicas de algún internado francés durante la invasión alemana de Francia en 1940. Hay registros de crímenes de guerra cometidos por los nazis durante la batalla de Dunkerke, el más famoso el de la matanza de Le Paradis donde 97 prisioneros británicos fueron ejecutados por las SS. Probablemente la escena de las escolares muertas es una licencia artística.

Resumiendo: No está mal, pero no es la gran historia de amor que dice la publicidad.


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Comentario en Cine de guerra

jueves, enero 24, 2008

Tiempo de amar, tiempo de morir (A Time to Love and a Time to Die)


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"Tiempo de amar, tiempo de morir" fue la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Erich Maria Remarque (el autor de la afamada "Sin novedad en el frente"). En cierto sentido sigue pautas parecidas a dicha obra pero trasladando la trama a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo hay una diferencia fundamental entre ambas. La primera obra recoge experiencias personales del autor ya que combatió como soldado durante la IGM, mientras que "Tiempo de amar..." no se basa en ninguna experiencia propia ya que fue escrita a partir de las vivencias de otras personas, pues Remarque se exilió de Alemania en 1931.

La historia fue llevada a la pantalla por otro exiliado alemán que está considerado como uno de los mejores directores en el género del melodrama: Douglas Sirk (su nombre alemán era Detlef Sierck). A traves del romance entre el soldado Ernst (John Gavin) y de Elizabeth (Liselotte Pulver) se nos mostrará un retrato bastante fiel de la Alemania de 1944. La guerra no va bien para Alemania, las ciudades están destruidas por los incesantes bombardeos, el racionamiento hace estragos, el mercado negro florece, los jerarcas nazis viven con lujos gracias a la corrupción y sobretodo se ha establecido un temible estado policial represor. Todo aquello que representaba a una Alemania civilizada parece haber sucumbido como se refleja en el personaje del profesor Pohlman interpretado por el propio Erich Maria Remarque.


Sirk consiguió de forma magistral no caer en la lágrima fácil al hacernos ver lo efímera que puede volverse la vida en una guerra. Para ello nos muestra simultaneamente las diferentes subtramas como la del amigo nazi de Ernst o la del profesor Pohlman. La historia de amor se convierte en una especie de tabla de salvación ante tanta locura. La película de Sirk fue una de las primeras en mostrar a los alemanes como seres humanos y no como enemigos.


Hay varios momentos destacables. El papel de Klaus Kinski como oficial de las SS, el miedo a la delación por los demás encarnado en el papel de la inquietante portera, las breves pero intensas escenas en el frente oriental, el suicidio de uno de los compañeros de Ernst, la escena del refugio antiaéreo, o la busqueda de los familiares entre las devastadas calles de Berlín. La decadencia y depravación del regimen nazi está representada por el nazi Otto, un antiguo compañero de clase de Ernst.


La película tiene en mi opinión dos puntos débiles. El primero es que trasmite la sensación de que la Alemania nazi fue sólo una creación de unos cuantos fanáticos como el interpretado por Kinski y de que la mayor parte de la población alemana no tuvo que ver con la creación de aquel régimen. Simplemente se limitó a sobrevivir y a padecerlo. La Alemania nazi es como una moderna Sodoma y Gomorra que no han podido ser salvadas de la destrucción al no haber suficientes hombres buenos como Ernst o el profesor Pohlman. Hay pocos momentos en la película que se refieran a los momentos iniciales del conflicto cuando toda Alemania apoyaba de forma entusiasta a Hitler.


El segundo tiene que ver con la trama de la película. Para los que no hayan visto "Tiempo de amar, tiempo de morir" mejor que no sigan leyendo pues voy a contar un detalle argumental. Si hay un "pero" en la película este es debido a la obra literaria no a la cinta. Una constante en la obra de Remarque es que en la guerra no hay sitio para los buenos sentimientos. Y es que el final de esta película es demasiado parecido al final de "Sin novedad en el frente". Ernst morirá por culpa de una buena acción, pero en este caso en lugar de tratar de alcanzar la belleza de una mariposa se trata de pura y simple generosidad. Ernst permite que un prisionero ruso escape y éste en "agradecimiento", le mata.


Una bella película en la que los justos pagan por los pecadores.

Crítica de Von Kleist



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viernes, enero 18, 2008

De aquí a la eternidad (From Here to Eternity)




En 1953 llegó a las pantallas una película destinada a convertirse en un mito: "De aquí a la eternidad". Era la adaptación de un best-seller publicado en 1951 y cuyo autor era un veterano de la Segunda Guerra Mundial llamado James Jones. La novela era la primera obra de lo que luego sería una trilogía con carácter autobiográfico sobre la IIGM (de esa trilogía forma parte "La delgada línea roja") . La historia de su llegada a las pantallas es toda una odisea tal y como describe la obra "Este rodaje es la guerra" de Juan Tejero.

En la novela se describía la vida de una base militar norteamericana estacionada en Hawai poco antes del ataque de Pearl Harbour que provocaría la entrada de los Estados Unidos en la Guerra. La trama es bastante sórdida y en ella aparecía sin ningún pudor historias de prostitutas, adulterios, maltrato a soldados por parte de los mandos, incompetencia de los oficiales,... Dicha historia supuso un autentico revulsivo en una Norteamérica que se encontraba en medio del McCartismo y en plena Guerra de Corea. Pero con esos ingredientes Harry Cohn, el presidente de la Columbia, no dudo por un momento que si la novela se adaptaba al cine podría ser un autentico taquillazo.

Tras la compra de los derechos inmediatamente se comenzó con la elaboración del guión. Se contrató al propio Jones, pero el borrador que realizó era impracticable. El productor Budy Adler contrató a Daniel Taradash que consiguió darle forma y pulirlo para que no sufriera el boicot del Ejército Estadounidense. Eso era un aspecto capital, pues si la producción contaba con dicha colaboración los gastos se reducirían tremendamente. La película debía de rodarse en la Base de Schofield de Hawai y se requirió un montón de equipamiento y de soldados para actuar como figurantes. El esfuerzo valió la pena.

Los retoques no afectaron mucho a la trama principal y de hecho dieron mucha más coherencia a la obra escrita por Jones. Los principales retoques fueron transformar a las prostitutas y el burdel en "chicas de compañia de un club social", que el capitán Holmes en lugar de ser ascendido es relevado del mando y la eliminación del pasaje dedicado a la prisión militar, con lo que no se mostraba ninguna escena en la que los soldados son maltratados por un mando. En este caso lo que se hizo fue simplemente insinuarlo de manera muy efectiva en la escena en la que Angelo Maggio (Frank Sinatra) llega a la prisión militar y allí le está esperando el sargento “Fatso” Judson (Ernest Borgnine), él cual, a modo de recibimiento coge suavemente de la mesa su cachiporra mientras le dice "¿Qué tal lobo feroz?" . Taradash consiguió reducir las 800 páginas del libro a un guión de 135.

Se escogió a Fred Zinnemann, famoso por "Solo ante el peligro" gracias al entusiasmo de Taradash que convenció a Cohn. En principio el papel protagonista de Prewitt lo iba a interpretar John Derek(el futuro marido de la Bo Derek) pero entonces sucedió que James Jones coincidió en una fiesta con Montgomery Clift y quedó tan entusiasmado con él que convenció a Adler de que debía contratarle. Sinembargo Cohn se opuso. En ese momento Zinnemann presentó su dimisión. Cohn montó en cólera, pero Zinnemann le convenció de que se haría una prueba a Clift y a Derek, y que entonces Cohn decidiría. Tras la prueba, Clift fue contratado.

Para el papel de Karen, la adúltera esposa del capitán Cohen, se había contratado a Joan Crawford. Pero en el último momento rechazó el papel porque no le gustaba el vestuario ni el maquillaje que debía llevar. Entonces entró en escena Deborah Kerr. Ésta quería dar un cambio a su carrera porque hasta el momento solo había interpretado papeles-florero de chica buena que sonríe al héroe. Cohn no la tomó en serio pero Adler, Zinnemann y Taradash se mostraron entusiastas por el morbo que despertaría ver a la virginal Kerr en un papel lleno de promiscuidad.

Desde el principio se pensó en Burt Lancaster para el papel del cínico sargento Warden. Hubo algunas dificultades para su contrato pero al final lo consiguieron. Donna Reed fue escogida para interpretar a Lorene, la prostituta que se enamora de Prewitt. Tan sólo quedaba escoger al actor que haría de Angelo Maggio. Y ahí entro en acción Frank Sinatra.

La leyenda dice que fueron sus contactos con la mafia los que le dieron el papel, pero la verdad parece ser más prosaica. Sinatra pasaba por el peor momento de su carrera pues tenía problemas de voz y no conseguía contratos. Cuando leyó la novela supo que debía interpretar a Maggio porque él era Maggio. Pero Cohn se negó pues quería a Eli Wallach (el futuro malo en "El Padrino III") a pesar de que Sinatra le imploró y le aseguró que el pagaría por interpretar a Maggio. Tuvo que ser la propia Ava Gadner quien intercediera por él y consiguiera que se le realizara una prueba. Cohn, Adler, Zinnemann y Taradash se reunieron para ver las pruebas de Wallach y Sinatra. El primero era muchísimo mejor actor, pero había algo en la prueba de Sinatra que les hizo dudar. Decidieron entonces llamar a la mujer de Cohn quien tras ver las pruebas dijo: "Eli Wallach es un actor brillante, no hay duda de eso. Pero su imagen es demasiado buena. No es delgado, no es patético y no es italiano. Frank es Maggio para mí". Pero Cohn era un zorro viejo y aprovechando la desesperación de Sinatra, le contrató por 8 semanas ofreciéndole tan solo ¡1.000 dólares!

Sucedieron muchas más anécdotas, pero para no hacer el post demasiado largo, acabaré refiriéndome a la escena más famosa de la película: el beso de la Kerr y Lancaster entre las olas. Un icono del erotismo en el cine por lo sugerente que llega a ser. El rodaje de dicha escena requirió tres días y más de cien personas. Había que sincronizar la escena para que las olas rompieran sobre la pareja en el momento adecuado. Teniendo en cuenta que es uno de los momentos mas recordados de la historia del cine por las veces que ha sido referido en otras películas y obras, está claro que los tres días de rodaje fueron un precio más que aceptable.

Una de las cimas del Séptimo Arte. Imprescindible.


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La crítica de Von Kleist

domingo, enero 13, 2008

Los mejores años de nuestra vida (The Best Years of Our Lives)




Escasamente un año después del fin de la IIGM, cuando en Norteamérica todo era triunfalismo y regocijo por la reciente victoria, llegó a las pantallas una película de William Wyler que enfrió un poco los ánimos y que mostró a mucha gente un aspecto de lo costosa que había sido la victoria.

"Los mejores años de nuestras vidas" fue producida por Samuel Goldwin. En 1944 su esposa Frances leyó un artículo sobre las difíciles experiencias de los veteranos de guerra tras su regreso a casa y Goldwin consideró que ese tema podría ser la base de un guión. Contrató a un escritor para que realizara una novela y luego a otro para que a partir de dicha novela realizara el guión. Como director escogió a William Wyler.


Wyler quiso que su película tuviera casi un tono documental. No sólo uso el blanco y negro, sino que gracias a Greg Toland utilizó la técnica de Foco Profundo que permite tener enfocado toda la profundidad de campo (Toland fue el fotógrafo de "Ciudadano Kane"). Adicionalmente casi toda la plantilla eran veteranos de guerra y se procuro que el vestuario no fuera nuevo, sino gastado y de segunda mano para dar la sensación de uso.

La trama se centra en tres veteranos que vuelven a una pequeña ciudad del interior de los Estados Unidos: un capitán de las fuerzas aéreas (Dana Andrews), un sargento de infantería (Frederich March) y un marinero (Harold Russell) que perdió ambas manos cuando su portaviones fue alcanzado. Ambos ansían volver a sus casas pero también tiene miedo pues saben que las cosas han cambiado.

La cinta nos muestra esos cambios de muchas maneras. En su vuelta a casa a bordo de un B-17 sobrevuelan un gigantesco campo lleno de aviones listos para el desguace, hay nuevos edificios en la ciudad, los lugares que frecuentaban han puesto neones,... Uno de los cambios más llamativos es la vuelta a los empleos civiles. El sargento es un alto directivo bancario y el capitán de aviación solo era un camarero de heladería. Pero los mayores cambios los encontrarán tanto en su entorno familiar como en ellos mismos. El marinero tendrá miedo de ser una carga para su prometida. El sargento descubrirá que es un extraño para sus hijos. Y el capitán que se ha convertido en un "ángel caído" y que su mujer sólo le quiso por lo guapo que estaba en uniforme.

La película fue un gran éxito. Consiguió siete oscars, entre ellos el de mejor película, mejor director, mejor actor para Frederich March, mejor fotografía y mejor actor secundario para Harold Russel. Era la primera vez que se daba un oscar a un actor no profesional. Russel perdió las manos en 1944 cuando realizaba una demostración detonando explosivos para un film de adiestramiento. Después de su rehabilitación ingresó en la Universidad de Boston. Allí intervino en un documental sobre la rehabilitación de veteranos de guerra. Cuando ese documental fue visto por Wyler el director se dio cuenta de que tenía al actor que debía representar a los mutilados de guerra en su película.

Fue el propio Wyler el que le aconsejó que: " No hay muchos papeles para un tipo sin manos. Vuelve a tu universidad y licénciate". Russel acabó sus estudios de empresariales, llegó a ser presidente de la Asociación de Veteranos y como tal escribió una carta apoyando al presidente Truman en su decisión de relevar del mando a MacArthur durante la guerra de Corea.

A lo largo de sus casi tres horas de duración la película está llena de momento muy llamativos e incluso proféticos y que dan una idea muy buena de lo que pensaba la gente de aquella época. Uno de ellos es cuando March llega a su casa y le entrega a su hijo sus recuerdos de guerra. Estos consisten en una espada samurai y una bandera ensangrentada firmada por los familiares del finado soldado japonés. El hijo no está muy entusiasmado por dichos presentes e incluso se atreve a criticar veladamente la situación bélica cuando hace referencia al poder destructivo de la bomba atómica. Posteriormente, también se hará otra referencia a que en caso de una nueva guerra no habrá nada de que preocuparse pues todos estarán muertos.

La escena más famosa de la película es aquella del "simpatizante nazi" en la que éste dice a Russel que ha perdido sus manos porque los USA lucharon en el bando equivocado (una visión retorcida del lema "Why we fight"). Sin embargo en mi opinión la mejor escena es aquella en que el personaje de Dana Andrews pasea entre los restos de los aviones. Los numerosos aviones parecen tumbas. Todo ese gran poderío militar ahora es simple chatarra y es así como él se siente. Sólo le queda la opción de reciclarse, pues la vida debe de continuar.

Probablemente la mejor película sobre el tema de la vuelta a casa de los veteranos de la IIGM.



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domingo, enero 06, 2008

Tener y no tener (To have and have not)


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Últimamente es bastante común encontrarse en diversos blogs y artículos sobre el cine actual, opiniones sobre la sobreabundancia de secuelas, precuelas y remakes de películas y que eso demuestra la falta de imaginación de los guionistas de Hollywood. Yo mismo me he lamentado más de una vez sobre ese tema.

Sin embargo lo de hacer una secuela después de un gran éxito no es algo tan nuevo. De hecho es más bien muy antiguo. Lo que ocurre es que generalmente nuestra memoria es selectiva y olvidamos las malas secuelas, mientras que las buenas las consideramos otra película independiente de aquella que la originó.

Un ejemplo de película que originó un gran número de secuelas es "Casablanca". Desde su estreno son numerosas las películas que inspiró. Desde una especie de remake con casi todo el elenco de actores originales en la cinta "Pasaje a Marsella", hasta comedias como "Una noche en Casablanca" o "Sueños de seductor". La adaptación más reciente ha sido el fiasco "El buen alemán".

Personalmente creo que la mejor secuela fue la película "Tener y no tener". Se trata de una adaptación de una novela de Hemingway que trataba del tráfico de inmigrantes ilegales. En palabras del propio Hemingway la historia era un montón de basura, pero Howard Hawks vio que podría adaptarla aprovechando el éxito de "Casablanca". Aquí en lugar de el Norte de Africa nos encontramos en la Martinica francesa bajo el régimen de Vichy. Y en lugar de inmigrantes tenemos refugiados políticos. Bogart interpreta al patrón de un barco de recreo para la pesca del pez espada. Debido a la guerra su negocio se está yendo al garete. Así que decide ganarse un sobresueldo alquilando su barco a la Resistencia francesa para que un grupo de refugiados pueda escapar del régimen colaboracionista. Con un guión tan simple, Hawks consiguió filmar una buena historia gracias a varios factores. El primero es que era un buen director. El segundo es que contaba con buenos actores, tanto principales como secundarios (a destacar "Eddie, el borrachín entrañable" interpretado por Walter Brennan). Y el tercero es que acaba de forma diferente que "Casablanca".

Pero eso no basta para que una secuela de un éxito se convierta en una gran obra cinematográfica. "Tener y no tener" brilla con luz propia gracias a un factor. Es famosa porque en esta película Bogart y la Bacall iniciaron su largo romance y la química de su relación se transmitió enteramente al celuloide. Creo que toda esa magia puede resumirse en la siguiente escena:

You know how to whistle? Don't you Steve? You just put your lips together and... blow.

Que por cierto, fue parodiada en un corto animado de la Warner Bros titulado "Bacall to arms" y que dejo insertada como regalo de Reyes.






Ojalá todas las secuelas fueran como "Tener y no tener".

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