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El blog no está muerto pero como podéis comprobar no puedo dedicarle el tiempo que necesita. Si alguien quiere una breve explicación del parón la encontrará aquí. Iré publicando películas y contestando a los comentarios poco a poco. Gracias por vuestra paciencia, atención e interés.

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lunes, marzo 19, 2007

Waterloo


Para cualquier amante de la historia la película "Waterloo" es un clásico. Y lo curioso es que se junta en su realización a dos personajes que cada uno por su lado, habían tratado de reflejar un aspecto de las Guerras Napoleónicas en una película. Se trataba de Dino de Laurentis, el productor de "War and Peace", que tuvo el acierto de encargar la dirección a Sergei Bondarchuk, el director de la GRAN película "Voyna i Mir".

Nuevamente se volvió a contar con los soldados del Ejército Rojo y Sergei Bondarchuk volvió a desplegar toda su maestría en la dirección de grandes masas de extras. De hecho, las luchas representadas en "Waterloo" parecen mayores que las que se representan en "Voyna i Mir" a pesar de que el número de extras es diez veces menor. Una vez más volvemos a tener esas panorámicas espectaculares del campo de batalla. Algo realmente impresionante cuando nos muestra el momento de la carga de la caballería francesa sobre los cuadros del ejército aliado. Junto con las escenas de la película "Gettysburg", son las mejores escenas de batallas rodadas sólo a base de extras y sin efectos digitales. Además, el guión trató de ser lo más fiel posible a la historia.

La película está dividida en dos partes. La primera nos introduce en el trasfondo histórico que desembocará en la batalla, y la segunda es el desarrollo de dicha batalla. Al principio se nos muestra la abdicación de Napoleón en 1814 y su salida al primer exilio. Rod Steiger se encarga de interpretar a un Napoleón crepuscular que reprocha la presión de sus generales para que abdique tras haberlos llevado antes a la gloria. Después de su despedida de las tropas de la Guardia se nos muestran los títulos de crédito. Luego volvemos a su regreso de la Isla de Elba. El orondo rey Luis XVIII (interpretado por Orson Welles) ordena a Ney que le detenga y éste le promete que le traerá en una jaula.

En mi opinión la mejor escena de la película es el momento en el que Napoleón se dirige hacia las tropas enviadas por el Rey para detenerle. Las tropas de Ney están dispuestas en una colina. Hacia ellas avanzan a pie, Napoleón y sus fieles. Mientras las tropas de ambos bandos se despliegan y preparan para el combate, Napoleón alza la mano derecha como ordenando parar, pero luego la va bajando con un gesto de apaciguamiento. Sus grognards bajan sus mosquetes y Napoleón lentamente se acerca a las tropas de Ney. Bondarchuk entonces comienza a enfocar a la mano de Napoleón. Vemos como esa mano se va colocando a la espalda hasta que se cruza con la mano izquierda, de la cual agarra los dedos índice y corazón. Aunque el paso de Napoleón es lento y tranquilo, los dedos pulgar e índice de la mano derecho se frotan con nerviosismo. En un determinado momento las manos se sueltan y los puños se crispan a su espalda. Nuevamente se vuelven a coger y el frote de los dedos de la mano derecha vuelve a reanudarse mientras la cámara comienza a alejarse de las manos y nos empieza a mostrar nuevamente a Napoleón ya casi al lado de las tropas de Ney que siguen apuntándole. Entonces les dice: “Soldados del Quinto ¿Me reconoceis? Si queréis matar a vuestro Emperador, aquí me tenéis” y tras una larga mirada les grita “¡Fuego!”. Uno de los soldados no puede más y cae desmayado, el resto comienza a gritar “Vive la France!, Vive l’Empereur!”

Después de esto, Louis XVIII se exilia y Napoleón entra triunfante en Paris. Inmediatamente comienza a dictar órdenes y regulaciones. Ofrece la paz aunque sabe que no será aceptada, por lo que se prepara para la futura campaña.

Los aliados no están preparados para la rapidez de Napoleón. Dicha falta de preparación se nos muestra mediante un lujoso baile en Bruselas al que Wellington (Christopher Plummer) ha asistido. El baile se ve interrumpido por las alarmantes noticias del avance francés sobre Charleroi. A toda prisa, Wellington reúne a su plana mayor y les comunica que si no puede pararle en Quatre Bras, se parará a Napoleón en Waterloo.

Comienza así la segunda parte que nos contará el desarrollo de la batalla de Waterloo. Veremos al ejército prusiano en retirada y la decisión de Blucher de apoyar a Wellington. Como Napoleón manda a Grouchy a perseguir a los prusianos. El despliegue del ejército aliado en Mont Saint Jean (aunque parece que el ejército solo es británico). La explicación de porqué Napoleón tuvo que esperar hasta mediodía para que el terreno se secara y la artillería fuera efectiva. Las luchas en la Haye Sainte y Hougoumont... Como en “Voyna i Mir”, Bondarchuk también hace composiciones pictóricas. Por ejemplo, la carga de los Scott Greys a cámara lenta recuerda muchísimo a la famosa pintura de Lady Blutter que representa dicha carga.

La batalla sigue desarrollándose. Tras la aniquilación de los Scott Greys, Napoleón y Wellington reciben las primeras noticias de la aproximación de los prusianos de Blucher. Napoleón se queja de que Grouchy no está (y no podría estar nunca pues Napoleón le había dado otras órdenes). Ney lanza su famoso ataque de caballería contra los cuadros ingleses al creer que estos se estaban retirando. Ese es sin duda el climax de la batalla. Las escenas y las tomas aéreas de la caballería francesa entre los cuadros rojos son espectaculares.

Sin embargo también se encuentra aquí lo que menos me gusta de esta película. En un momento dado, un soldado de los Inniskilling sale de un cuadro y comienza a gritar: ”¿Por qué luchamos? ¿Por qué nos matamos los unos a los otros? ¡Somos hermanos!” en medio de la carnicería que está sucediendo. No me gusta por dos motivos: Primero porque esa situación no es histórica (a un inniskilling en el siglo XIX ni lleno de ginebra se le ocurriría hacer eso) y segundo porque es una concesión al pacifismo que se vivía en los 70, cuando se realizó la película. En 1977 lo políticamente correcto era mostrar el horror de cualquier guerra (estamos al final de la Guerra del Vietnam) y además esto era una co-producción con la URSS, que “oficialmente” clamaba por la paz entre los pueblos (aunque un par de años después invadiría Afganistan). Me parece mucho más efectivo como mensaje pacifista los planos y pensamientos de Wellington mientras recorre el campo al final de la batalla.

En eso llegan los prusianos, así que Napoleón se ve forzado a mandar a la Guardia para tratar de romper la línea inglesa antes de que sean reforzados. Pero la Guardia es rechazada, el pánico se apodera del ejército francés y sucede el desastre. Solo un cuadro de la Vieja Guardia mantiene su puesto. Los ingleses le conminan a la rendición, pero tras la respuesta histórica del general Cambrone; “Merde!” aunque aquí la dice un soldado, el cuadro es aniquilado por los cañones británicos disparando a bocajarro. Esta escena no tiene base histórica. Los cuadros de la Vieja Guardia fueron destruidos, pero no así.

La batalla ha llegado a su fin. Wellington pasea entre toda la devastación y es entonces cuando pinesa su famosa frase de la cual existen diferentes versiones. La versión más aceptada es: “Nothing except a battle lost can be half as melancholy as a battle won”. Aunque en la película lo que dice es: “the only thing worse than a battle lost, is a battle won”, lo cual es un contrasentido si tenemos en cuenta la escena final. La película finaliza con un plano de Napoleón derrumbándose en el asiento de su coche comprendiendo que todo está perdido.

Desgraciadamente, la película fue un fracaso en taquilla. De hecho afectó a la producción de otra película sobre Napoleón que iba a dirigir Stanley Kubrick. Parece ser que iba a representar un gran número de batallas pero como eso no era lo que gustaba, éste decidió que era mejor abandonar dicho proyecto y dedicarse a realizar uno que conectase con el gran público. Así que realizó "Barry Lindon" y en ella incluyo una de las mejores escenas que representa el modo de luchar del siglo XVIII.

33 comentarios:

Von Kleist dijo...

Buenas Reisman

De hecho, Stanley Kubrick ya había empezado a reunir material y atrezzo para su película sobre Napoleón, que como bien dices, aprovechó para filmar posteriormente "Barry Lindon" ambientada en la guerra de los Siete Años. Una pena, porque la visión del gran Kubrick sobre Napoleón habría sido, sin duda, interesante.

Anónimo dijo...

Excelente reseña-crítica, y excelente blog. Chapeau.

Waterloo me gustó mucho, aunque me irritaron dos cosas. Una, que reduce el papel de los prusianos a la carga de un abuelete casi al final del todo, cuando en realidad la batalla la ganaron ellos. Otra, que la película termina cuando Wellington y su ejército abandonan el campo, pero la batalla se prolongó hasta el amanecer del día siguiente. Entre las 22:00 del 18 y las 4:30 del 19 una fuerza de caballería prusiana, al mando de Gneisenau (el verdadero vencedor de Waterloo), destrozó la masa de 55.000 franceses en retirada, les tomó casi 300 cañones y les dejó sin armas ni suministros. Hasta se quedó con los diamantes de Napoleón. Claro, que esta es la historia según la cuentan los prusianos. La de las seis batallas que se disputaron en los tres días que duró la campaña. Una historia que los ingleses jamás han querido saber de ella. Quizá por eso la reseña de Clausewitz sigue sin traducirse al inglés.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Muntaner. En mi opinión la batalla la ganaron los aliados, sin distinguir entre ingleses, prusianos y holandeses (que también combatieron). Si Wellington no hubiera decidido permanecer frente a Napoleón es probable que el ejército prusiano hubiera dejado de existir. Y sin holandeses, Wellington no habría tenido suficientes tropas para mantenerse.Tienes razón sin embargo en que la intervención prusiana se refleja como si fuera solo la carga de caballería cuando en realidad las tropas de infantería prusiana ya llevaban bastante tiempo combatiendo. Pero como suele decirse, la historia la escriben los vencedores y los ingleses fueron los que supieron llevarse el gato al agua y sobretodo son los que ven las películas y dejan el dinero.

Un saludo

Saludos

ismo dijo...

Acabo de ver la película y, por supuesto, he acudido aquí para conocer tu opinión.

Decididamente la escena del
"inniskilling pacifista" está de más, y tampoco me gusta nada el final que le dan al cuadro de la Vieja Guardia.

A salvo esos detalles, la peli me ha gustado muchísimo. La escena frente a Ney es colosal, y también me ha gustado mucho esa inicial en que se despide de su Guardia antes de partir hacia Elba. Rod Steiger está sembrado.

Hay un detalle que me gustaría confirmar, que es la situación de Uxbridge durante la carga de la caballería, pues creía recordar que el muy chalado, y de manera impropia para un comandante de toda la caballería, se lanzó a la carga a la vez que sus hombres. Además recuerdo que no sólo cargaron los Scots sino, prácticamente (llevados por el mismo entusiasmo de Uxbridge) toda la caballería aliada, o británica.

En cuanto a la explicación de la batalla, algunos detalles no quedan demasiado claros. En algún momento (creo que es así para quien no conozca la batalla) se puede pensar que atacan Hougoumont como "distracción", lo cual es cierto y no lo es. Lo ya comentado del cuadro de la Vieja Guardia es una pena, porque la retirada de esos cuadros fue uno de los episodios con más gancho de toda la batalla (para mi gusto).

En todo caso, un peliculón.

PD: Me encanta la recreación de Picton.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias Ismo por el detallado comentario.

Son muchas las fuentes confirman que Uxbridge se lanzó, y lo mismo hizo el resto de la caballería británica. Yen en cuenta que Uxbridge era el jefe.

Wellington sabía que la caballería británica era mejor que la francesa en cuanto a la calidad de los caballos. Las Islas Británicas no habían sufrido los rigores de las guerras napoleónicas. Pero también sabía que era muy indisciplinada y que si se daba la orden de avanzar a los jinetes, estos eran capaces de decidir que lo que había que hacer era cargar.

En palabras del propio Wellington:

Our officers of cavalry have acquired a trick of galloping at everything. They never consider the situation, never think of manoeuvring before an enemy, and never keep back or provide a reserve. ”

Un saludo

Anónimo dijo...

Mi película bélica favorita; lo mejor es que nos cuenta los sentimientos, dudas, y decisiones de LOS DOS bandos en un duelo genial entre Napoleón y Wellington.
(las escenas de los planes en las salas de mapas de ambos justo la noche antes de la batalla son excelentes)
no es típico filme que nos cuenta sólo ganadores=buenos, perdedores=malos.
y eso le da a la película una dimensión SUPERIOR a la de otros filmes.Que desaprovechan esta lección de como debe ser una película bélica.
Curiosamente, las escenas de combate son bellas: quizá por los uniformes resplandecientes, quizá por las tomas panorámicas.
Y un efecto muy curioso; la guerra nos recuerda los jugetes de soldaditos de plomo; tal vez precisamente porque los uniformes son iguales a los de los soldaditos clásicos.
Este es el único sitio web donde he podido leer comentarios de esta joya. Felicitaciones. No es frecuente tanto esmero en estudiar el buen cine hoy día.
Me ha llamado la atención que comentando filmes como este, Casablanca, y Lo Que El Viento Se LLevó, falte una película que yo daba por segura en un Blog en español para los Hispanohablantes: POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS. ¿Cuándo saldrá la crítica correspondiente?

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Anónimo.

Sobre soldados de plomo, ten en cuenta que cualquier grupo de recreación histórica lo que le gusta es el detalle, así que no es de extrañar que los soldados de plomo se parezcan a sus modelos. Si te interesa el tema en la lista de enlaces del blog que aparece a la izquierda tienes una lista bajo el epígrafe de "Sitios de historia bélica".

Ya le tocará el turno a "Por quien doblan las campanas" cuando dedique unos cuantos post a la Guerra Civil Española. Pero por ahora no lo tenía pensado.

Un saludo

Erwin dijo...

Buenas,
ante todo mis felicitaciones por este blog realmente completo e interesantísimo. Caí aquí buscando información de DAMBUSTERS y me encantó.
Así que te sigo hace semanas.
Me he permitido visualizar tu blog en la lista de lecturas del mío, que aunque no tiene nada que ver con el cine, sí está en un círculo de posibles interesados, pues somos jugadores de batallas con miniaturas y evidentemente muchos somos aficionados a la historia militar y al cine bélico.
saludos y adelante.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario y bienvenido Erwin.

He incluido el link a tu blog en mi sección de Links sobre historia bélica (es ahí donde hay otras páginas dedicadas a las miniaturas y los juegos porque también me gustan ambas actividades, aunque mis habilidades como pintor son más bien malillas) y de paso me he hecho seguidor del tuyo.

Un saludo

Erwin dijo...

Muchas gracias Major.

Saludos!

Anónimo dijo...

La vi hace ya alguna que otra década y la tengo un poco olvidada, pero me acuerdo de algunos detalles como cuando en la retirada de Quatre Bras Wellington y un coronel escocés hablan sobre los Highlanders. Hoy, 20 de marzo, casualmente, al pasar por mi kiosko de prensa he visto que formaba parte de la primera entrega de un nuevo ciclo de cine histórico. Así que he aprovecaho la oferta (por 10 euros, viene con la versión de 1970 de Julio César, con Charlton Heston como Marco Antonio). Por si alguien está intersado la próxima entrgea va a ser "El último valle". Bueno, a ver si reverdecen mis recuerdos.

Anónimo dijo...

Con respecto a la cuestión de ismo sobre la carga de la caballería británica solo puntualizar que en esa ocasión cargaron las dos brigadas de caballería pesada isleñas. La Brigada Union, de Ponsonby, así llamada por figurar en sus filas el 1st Royal Dragoons (inglés), el 2nd Scots Greys (escocés) y el 6th Inniskilling Dragoons (irlandés); y la Brigada de la casa real, de Somerset, con el 1st y 2nd Life Guards y los Royal Horse Guards. Uxbridge no cargó con estas brigadas y cuando las vio que sobrepasaban sus órdenes envió otra de caballería ligera para proteger su retirada, pero el grueso de las brigadas ligeras británicas, hannoverianas y holandesas no cargaron en esta ocasión.
Una de las cosas que hecho de menos en la película es la presencia de mi compatriota Ignacio María de Álava y Esquíbel, el oficial de enlace español y amigo personal de Wellington. De hecho ambos fueron los únicos oficiales del estado mayor aliado que sobrevivieron a la campaña sin un rasguño y cenaron tristemente solos la noche de la batalla.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por los comentarios.

Highlander, no sabía que habían sacado una serie de cine histórico. Habrá que pasarse por el quiosco porque "Waterloo" es la típica que me gustaría tener en DVD. La de Charlton Heston ya no me interesa tanto, pero como estoy con Roma, no viene mal. ¿Sabes que editora lo lanza? Es para ver si van a poner el DVD de Gettysburg.

Conde, muchas gracias por el interesante comentario histórico que desconocía por completo.

Un saludo

Anónimo dijo...

Saludos mayor. Desdichadamente tiré el envoltorio de los DVDs, pero trasteando en google he encontrado esta página donde figuran ambos títulos:

http://www.miramarfilms.es/Catalog.asp

Supongo que lo podrías adquirir ahí.

Major Reisman dijo...

Muchas gracias Highlander.

Un saludo

muntaner dijo...

Ignacio María de Álava no participó en Waterloo. Era por entonces Capitán General de la Armada, y aquella campaña ni por el forro le atañía. El Álava que participó fue su sobrino, Miguel-Ricardo de Álava y Esquivel, a la sazón embajador de España en el Reino Unido de los Países Bajos y ante la corte exiliada -en Gante- del depuesto rey Louis XVIII de Francia. Y sí sale en 'Waterloo' (la peli). Hay que fijarse un poco: es cuando Wellington, tras haber sido anunciado por el Coronel De Lancey (su QMG), pasa revista a unos cuantos regimientos de guardias, seguido de su séquito. Los tres jinetes que cierran dicho séquito son el comisionado ruso (Conde Pozzo di Borgo, uniforme verde), el austriaco (Generalleutnant von Vincent, uniforme blanco) y español (Teniente General Álava, casaca azul con divisa grana). Waterloo es una película exquisitamente bien documentada, en la que se puso el mayor cuidado en los detalles de presencias y uniformaciones. No obstante, y por necesidades sin duda comerciales, al encargado del atrezzo se la fue la olla con el uniforme de los prusianos, a los que pinta de un negro asaz tétrico, cuando de tal guisa sólo aparecieron el 6º Regimiento de Ulanos y el 25º de Infantería. El tono dominante en la uniformidad prusiana era el azul muy oscuro, justamente conocido por 'azul Prusia'. Hay otra muestra de exageración fílmica en la carga final de los jinetes prusianos contra la guardia imperial: los feroces caballeros van vestidos de húsares del 1º regimiento, la guardia real (se identifican por el totenkopf de plata en sus chacós). En realidad, el tal regimiento estaba en Heidelberg, escoltando a su Rey, como era su obligación.

Major Reisman dijo...

Buenas

Muchas gracias por el detallado e interesante comentario Muntaner. En cuanto vuelva a dejar algún comentario el conde le diré que se pase por aquí.

Un saludo

El lobo estepario dijo...

A 'Waterloo' se le notan en exceso los tijeretazos. Es una buena película, pero no parece que Bondarchuk gozara de tanta autonomía como cuando rodó 'Guerra y paz' (para mi gusto, una obra maestra).

En 'Waterloo' intenta repetir algunas fórmulas (básicamente los monólogos) pero no alcanzan los grados de intensidad de su obra rusa (ya en 'El destino de un hombre', algo propagandística, había ensayado aquellas técnicas).

Lo que más me sorprendió de 'Guerra y paz' es que los monólogos no le restaban autonomía a las imágenes, no eran, en general, un subrayado innecesario. En este sentido, tenían mucho que ver con el noir, cuya prototípica voz en off ayudaba a recargar la atmósfera la mayor parte de las veces.

La escena final tiene, es cierto, gran belleza, y es de una tristeza majestuosa. Presenciándola, y atendiendo a los pensamientos del vencedor, se hace uno a la idea de lo magnífica que habría sido 'Waterloo' si los productores no hubieran metido la tijera.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Lobo

Efectivamente a la película se le notan los tijeretazos. Es una pena que de Laurentis no hubiera tomado el riesgo de dejarla hasta las 3 horas, pero supongo que todo el mundo estaba mosca después del fracaso de las superproducciones "Cleopatra" y "La caída del Imperio Romano".

Estaría bien que ya que se acerca el bicentenario alguien se pusiese a buscar en los archivos por si hay secuencias perdidas y publicar una versión restaurada.

Un saludo

Alfa dijo...

Pues discrepo en un punto: no estoy de acuerdo con que Rod Steiger haya sido el mejor Napoleón. Su versión del personaje me parece chusca: al afectar los gestos napoleónicos lo único que consigue es caricaturizarlos involuntariamente. Todo lo contrario de la actuación mucho más sobria y mucho más precisa de Albert Dieudonné, que sí logra presentarnos un Napoléon creíble, equilibrado y realmente encarnado en la piel de su actor.La úica ventaja que le veo a el trabajo de Steiger es que esta en color, dando la ilusión óptica de ser mejor.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Alfa

Bueno, ya se sabe que sobre gustos... A mi no me parece una interpretación chusca sino todo lo contrario. De todas formas es difícil comparar ambos Napoleones. Albert Dieudonné interpreta al Napoleón joven y lo hace bien si tenemos en cuenta que es cine mudo y ahí si que había que exagerar los gestos (de hecho parece ser que fue incapaz de adaptarse al sonoro y se empezó a creer que era el propio Napoleón). Steiger interpreta al Napoleón crepuscular, en sus últimos momentos de gloria. Algo bastante distinto.

Un saludo

Alfa. dijo...

Hombre, si a usted sí le gusto el trabajo de Steiger, no es que yo tenga nada que objetar. Le doy la razón en lo de los dos Napoelones, pero ha pasado usted por alto algo: el color le da ventaja a Steiger y ese es el espejismo que le hace creer a muchos que su versión es superior.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Alfa

No creo que sea el color. En mi opinión el mejor Rommel de la pantalla es el de Mason, y es en Blanco y Negro. En cuanto a a Napoleon de joven en color tienes al actor Christian Clavier que no le llega a la levita a Dieudonné. Y tampoco llega a la levita de Steiger cuando interpreta al Napoleon crepuscular de Waterloo.

Un saludo

Fritz dijo...

Waterloo es inferior a Napoleón en la IMDB tanto en cuanto a la calificación numerica como en cuanto a número de votos obtenidos.

Fritz dijo...

(Perdón, aprete el botón antes de tiempo)

A mí me parece que si Steiger en color no pudo superar a Dieudonné en blanco y negro (Y además sin sonido) ni en calificación numérica ni tampoco en votos, entonces mal puede ser considerado como el mejor Napoleón del cine.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Fritz

Como suele decirse sobre gustos los colores. Y una cosa es la calificación global de una película y otra calificar a un actor en base a ese dato. Voy a poner un ejemplo. Muchos opinan que el mejor Julio César de la pantalla es el interpretado por Rex Harrison en "Cleopatra". Pero el personaje de Julio César de joven está interpretado en "Espartaco". Si aplicamos el criterio de mayor número de votos/mejor nota es igual a mejor interpretación entonces John Gavin fue mejor que Rex Harrison.

Ya he comentado más arriba que no creo que sea fácil comparar ambos Napoleones.

Un saludo

edug dijo...

Ha sido una grata sorpresa encontrar el comentario de esta película hasta ahora, una gran desconocida pero que ahora se ha emitido repetidamente por veo tv y 8 tv.Me ha encantado la crítica y las aportaciones, en especial la de Muntaner, ya que ciertamente en las pelis y material de la guerra napoléonicas suele darsele a Prusia un papel secundario, como si no hubieran tenido protagonismo a parte de sus derrotas en el desarrollo de la guerra, cuando yo tb creo que en la batalla fueron digamos una punta de lanza definitiva.Blocher , con sus años y canas a cuestas creo esta bien representado por su ardor combativo lo poco que sale que si le hace justicia. Sobre la línea roja escocesa, y ese pacifista( con una cara de ruso ejemplar, a menos sea familiar de Daniel Graig ya se ha dicho todo.
Siguiendo con el tema alemán en extensión, es remarcable recordar que pese a silencios y omisiones la figura de Napoleón y sus campañas ayudaron y en parte formaron la Alemania, resucitaron como reacción el volkgeist y vemos que entre Federico el Grande y la guerra del Sedán pasaron muchas cosas.
Por lo demás sé que esta película tuvo muchos problemas de producción y edición, como no con Di Laurentiss y verdaderas guerras de egos entre Steiger, Welles y Bondarchuk.
Por último decir que mis escenas favoritas son el baile y la defensa de las granjas así como la de apertura.
Steiger demuestra su talento con pie y medio en el histrionismo pero cumple con creces.

Pd: Vería esta antes que Voina i Mir

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario edu

La película no es tan desconocida en el mundillo de la historia y los wargames como habras comprobado en los comentarios. Efectivamente las secuencias de la defensa de las granjas son bastante majas.

Un saludo

Unknown dijo...

Mis respetos mayor...
excepcional pelicula belica, con un fuerte rigor historico...destaco sus dialogos y expresiones acordes a las dos figuras principales, aunque wellington demasiado frivolo al estilo sajon, con una soberbia exagerada...por lo que dicen por mi barrio el hombre tenia un afecto muy especial por su ayudante...mmmmm.
Lo importante es que el film tiene escenas que conmueven al publico emocional,haciendo vivir momentos significativos de un combate...las marchas napoleonicas se lucen como "nosotros somos la victoria"que la ejecutan al marchar la guardia vieja, estos pequeños detalles son los que le dan brillo y calidad a un film.
Un verdadero clasico.
Se lo saluda mayor y gracias por su dedicacion.
Lord of ward

Unknown dijo...

El otro día vi Waterloo dos veces. Yo admrio estas películas por la gran dificultad que lleva mover masa de extras en proyectos tan ambiciosos, ni imaginarme el trabajo del "continuista"...
No quiero explayarme pero es verdad que se desvalorizó mucho la llegada de Blucher al final siendo lo más importante para la derrota napoléonica.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por los comentarios

Anibal, no sé si lo de Wellington tiene algo de verdad o es simple propaganda pro-napoleónica de aquellos tiempos. Como bien dices, la película tiene sus buenos momentos.

Mariano, es una pena que estas películas ya no puedan hacerse. Y ciertamente la llegada de los prusianos fue lo que decantó definitivamente la balanza.

Un saludo

Unknown dijo...

Me ha sorprendido leer que en un cierto barrio (¿Chueca, por un casuel?) se piensa que Wellington tenía un afecto especial por su 'ayudante'. Supongo que el tal 'ayudante' es el Quartermaster-General del Army of the Low Countries (así se llamaba el ejército de Wellington), un cargo de suma importancia (ni de lejos era un 'ayudante'; ese papel correspondía a Lord FitzRoy Somerset, que en la peli no sale). Me temo que las sospechas del compañero Aníbal (o las de su barrio) se deben a que el actor que cubrió el papel, Ian Ogilvy, era en 1970 un tipo guapísimo (ganaba más haciendo de modelo que de actor), lo que no se debió a ninguna frivolidad interesada, sino a que Sir William Howe De Lancey era efectivamente así, un tipo que a las señoras les gustaba mucho, al punto de que por entonces, el día de la batalla, llevaba dos meses casado con un fortunón escocés de primera categoría, Lady Magdalene Hall. Sir William tenía 37 años el día que se murió (una semana después de la batalla; el hombre disfrutó una agonía no sólo espantosa, sino larguísima), y sin duda debió preguntarse qué carallu hacía él allí, habiendo pegado un braguetazo colosal y con todo a favor para haberse quedado en Edinburgh, tan feliz y tan contento. Por cierto, que al quedar fuera de juego su puesto pasó a ocuparlo el Teniente General Miguel de Álava; es de veras lamentable que aquí se ignore que durante las cinco y decisivas últimas horas de la batalla de Waterloo el Estado Mayor del Duke of Wellington estuvo en sus manos. Así escribimos aquí la historia, desgraciadamente.

Muntaner

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el detallado y preciso comentario Muntaner. Había leído lo del Teniente General Miguel de Álava en algún otro sitio, pero olvidé ponerlo en la entrada.

Un saludo