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domingo, abril 19, 2009

Julio César (Julius Caesar)





La obra teatral de Shakespeare "Julio Cesar" ha sido llevada a la pantalla en numerosas ocasiones. Probablemente está producción dirigida por Joseph L. Mankiewicz es la más famosa de todas ellas pues los papeles protagonistas están interpretados por Marlon Brando y James Mason.

La obra original fue escrita en 1599, en una Inglaterra gobernada por una anciana Isabel I que aún no había nombrado ningún heredero. En la misma se reflejan los miedos de la gente a que, tras la muerte de la reina, se desatara una guerra civil por el liderazgo. El drama de Shakespeare recoge todas las ambiciones e intrigas que pueden llevar a los hombres a la lucha por el poder pasando por encima de otros valores como la amistad o el honor. Shakespeare se tomó varias licencias poéticas siendo la principal de ellas el que el asesinato de César, el funeral, el discurso de Marco Antonio, la lectura del testamento y la llegada de Octavio sucedieran en el mismo día. Históricamente el asesinato fue el 15 de marzo, el testamento se leyó el 18, el funeral fue el 20 y Octavio se encontraba en Apolonia, fuera de Italia, no llegando a ella hasta el mes de mayo.

El momento cumbre de la obra son los discursos a la plebe de Bruto y Marco Antonio. Son un magnifico ejemplo de como manipular al populacho. Bruto consigue convencerles de que el asesinato de César ha sido un acto de justicia. Pero es el contra-discurso de Marco Antonio con el que consigue que la plebe vea a Bruto y el resto de conspiradores como unos envidiosos de la gloria de César y que lo que realmente ambicionan es el poder, no rescatar a la República de la dictadura. Y afortunadamente Mankiewicz contó para ese momento clave con un Marlon Brando en el mejor momento de su carrera como actor. Después de sus interpretaciones en las películas "Un tranvía llamado deseo" y "¡Viva Zapata!", el papel de Marco Antonio le lanzó a la cúspide de la fama pues demostró que era también un "actor clásico". Su siguiente film sería la oscarizada "La ley del silencio", pero aún no era el divo insoportable que llegaría a ser.

La película no es sólo Brando. También destaca James Mason en el rol del honrado pero trágico Bruto, lleno de indecisiones y temeroso de las consecuencias de sus acciones una vez las ha tomado. No porque amaba a César menos, sino porque amaba a Roma más- es la frase que define al personaje. Es un Mason que veremos posteriormente en otras de sus grandes interpretaciones como la de Humbert Humbert en "Lolita". Y finalmente tenemos a John Gieguld dando vida al manipulador y traicionero Casio, origen de toda la conspiración y que conseguirá engañar al virtuoso Bruto para que apoye a su causa. Es el típico personaje "malo" de Shakespeare que podemos encontrar en otras de sus obras famosas como "Ricardo III", aunque aquí no tiene tanto protagonismo.

Si hay que apuntar algún handicap en esta producción es que en algunos momentos se nota que es teatro filmado, no es cine. En líneas generales Mankiewicz adaptó las situaciones a las exigencias cinematográficas y no a las teatrales. Por ejemplo, las ultimas palabras recitadas ante el cadáver de Bruto son las de Marco Antonio cuando en la obra original es Octavio. Es lógico dicho cambio de orden si tenemos en cuenta que así se consigue un mejor final para la pantalla. Pero en más de una ocasión se tiene la sensación de que los actores "posan" en lugar de actuar.

Tras el asesinato de César comenzó una nueva guerra civil. El principal acontecimiento bélico representado es la batalla de Filipos. La batalla histórica no fue una batalla de un sólo día, sino dos batallas que se lucharon de manera independiente en un intervalo de 20 días. En la primera Bruto consiguió derrotar a las legiones de Octavio, pero Marco Antonio derrotó a Casio. Éste, pensando que Bruto también había sido derrotado, cometió suicidio. La batalla terminó en un empate. En la segunda, Bruto se dió cuenta que estaba en desventaja (Casio era el cerebro militar) y procedió a fortificarse en terreno elevado. Octavio y Marco Antonio hiceron lo mismo. Pero Bruto se vio forzado a atacar porque según pasaba el tiempo sus filas mermaban por deserciones. El enfrentamiento fue un sangriento combate cuerpo a cuerpo entre las legiones. Bruto fue derrotado y para evitar la captura se suicidó. Marco Antonio trató el cadáver con respecto reconociendo que gracias a Bruto, no fue asesinado junto a César durante los idus de marzo.


Pero es evidente que por motivos dramáticos tanto la obra teatral como la cinematográfica acortan a un sólo día la duración de la batalla y así hacer coincidir los destinos de Casio y Bruto. En la pantalla vemos una breve secuencia en la que las tropas de los triunviros vencen a las de Casio y Bruto mediante una emboscada en un estrecho desfiladero al estilo de las películas de indios y vaqueros en el Far-West. La principal diferencia con el texto original se da en este tramo de la película pues hasta el propio Shakespeare describe el campo de batalla como una llanura y se habla de cómo la línea de Octavio es rota por Bruto. Mankiewicz va directamente a los resultados de la batalla y no se recrea en las escenas de acción. Al poco veremos a Casio huyendo con sus hombres y siendo asistido en su suicidio por su sirviente. Posteriormente, se nos mostrará a Bruto intentando animar a los restos de su derrotado ejército antes de seguir la misma senda que su amigo.


Es muy probable que sobre el argumento de esta obra se haya construido gran parte de la imagen cinematográfica de la Antigua Roma. El Bardo está considerado como el mejor escritor en lengua inglesa y todo director de cine del siglo XX que ha trabajado en Hollywood se ha leído al menos una obra suya. La mayor parte de las películas que vemos son norteamericanas, así que nosotros también hemos construido nuestra imagen de Roma con las palabras que escribió Shakespeare hace 400 años.


Esencial para los que les guste el teatro clásico o las interpretaciones de actores de la talla de James Mason o Marlon Brando.



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15 comentarios:

Ramón Monedero dijo...

Hay que tener cuidado con eso de filmar el teatro y desvirtuarlo del todo. Por ejemplo, creo que Kenneth Branagh a veces lo fuerza de tal modo que lo llega a desinflar y tienes razón en eso de que en ocasiones en "Julio Cesar", el asunto huele a teatro filmado. Es sin duda una fina línea pero de dramáticas consecuencias.

APV dijo...

Un detalle en realidad los que estaban más escasos de suministros eran Octavio y Marco Antonio, pues sus comunicaciones con Italia fueron cortadas (2 legiones y demás fueron destruidas en el mar) y la región estaba esquilmada (debieron enviar una legión a Acaya en pos de víveres).

Respecto a la que presentan en la película la forma de la batalla no se parece. Se parece más a la 2ª batalla en la serie Roma, donde también erróneamente refunden las dos batallas.

Pero Bruto es un hombre honrado.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por los comentarios.

Vaya decepción que me he llevado. Pensaba que este clásico iba a ser más comentado.

Ramón, efectivamente es una fina línea. En el caso de Branagh recuerdo la animada conversación de tu interesante post.

APV, gracias por la precisión (y encima voy y añado el link de la wiki done lo explica). Ahora lo corrijo.

Un saludo

Von Kleist dijo...

Hola Reisman

Muy de acuerdo con tu comentario. La interpretación de Brando como Marco Antonio muy probablemente se encuentre entre las tres mejores de su carrera.

Por lo demás, apuntar que es curioso como la versión de Shakespeare sobre el asesinato de Cesar es más famosa (y teatral) que la que parece ser real. Las palabras ¿tu también hijo, mio? que Shakespeare cita (seguramente de alguna fuente romana) no están contrastadas históricamente, por lo que es posible que sean apócrifas, pero la verdad, resultan muy bien en la obra.

Saludos

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Kleist. Coincido contigo en que es de sus mejores interpretaciones.

Sobre las palabras finales de Julio Cesar. Pues me llevé una sorpresa cuando volví a ver la película para hacer el comentario. Yo creía recordar que eran - Tu coque, filii?-. Pero resulta que no, que lo que dice es - Et tu, Brute? Muere entonces, César que es el texto original de la obra de Shakespeare.

Me he puesto a buscar en la web el origen de la primera fase. Según la wikipedia Plutarco afimra que no dijo nada. Mientras que Suetonio reconoce dos versiones, la de que no dijo nada y la que dice que fue "¿Tú también, hijo?" pero que lo dijo en griego Kai su, teknon?.

Un saludo

@lfredo dijo...

Es Suetonio el que afirma que las últimas palabras de César fueron "¿Tú también hijo mío?". Aunque según Plutarco parece que no dijo nada, lo que me parece más lógico. ¿Quién diablos va estar diciendo algo mientras está siendo asesinado a cuchilladas? Más bien se está pensando en como rechazar la agresión y sobrevivir.
Por cierto, Reisman, supongo que los pocos comentarios se deben a que esta película es poco conocida, o que Shakespeare no es muy popular en el mundo hispanoparlante.

Saludos.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario @lfredo, aunque justo acabamos de postear lo mismo.

Sobre las "famosas últimas palabras" y la situación del finado. Bueno, ambas situaciones parecen lógicas. Cosas más extrañas se han dicho en ese postrer momento.

Un saludo

Strategos dijo...

Esta es una de mis películas favoritas, pero en realidad es puro Shakespeare...

Cada vez que tengo la oportunidad de ir al teatro a ver Julio César no me la pierdo.

Aunque, la verdad, no es que sea precisamente una película muy bélica; es increíble cómo se muestran los resultados de una batalla al estilo Shakespeare: sin mostrar violencia, se conoce el sabor amargo de la derrota o el de la victoria (y los compañeros caídos).

Las elipsis de este tipo bien utilizadas en la narración suelen hacer que películas de bajo presupuesto sean mejores que las de alto. En este caso, el maestro de estas elipsis es Shakespeare, sea en Julio César como en Enrique V, donde también las hay con profusión.

En este caso que nos ocupa, dice más el suicidio de Casio sobre el resultado de la batalla que las imágenes de lucha en sí mismas.

Por cierto, cómo me encantan tus críticas. Las disfruto muchísimo. Gracias por ofrecérnoslas.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Strategos.

Efectivamente muy bélica no es si nos atenemos al aspecto de las acciones representadas. De hecho hay otras adaptaciones al cine de Shakespeare que tienen mucha más acción bélica que esta. Pero sin embargo el destino de Julio César es algo que podría considerarse como uno de los iconos de la civilización occidental y que no deja de interesar por la dualidad que representa. Era un dictador, pero no tuvo tiempo de ser un tirano. Esa dualidad está muy bien representada en los discursos de Bruto y Marco Antonio.

Un saludo

Rossellini dijo...

Hombre mayor, lo de los pocos comentarios yo creía que usted lo fomentaba adrede: tiene usted la curiosa costumbre, de que cuando una película es la primera de la página principal, se puede hacer comentario y pasan días antes de ver la respuesta correspondiente. Porque usted espera a que haya 3 ó más comantarios acumulados para responder. Y hasta que no sea así, nada de nada.

En cambio, en cuanto otra película la sustituye como la última comentada, entonces sí: se pueden hacer comentarios y de inmediato se lee la respuesta el mismo día o al siguiente a más tardar.

Supongo que usted piensa que así le es más fácil responder a todos los comentarios de una entrada nueva a la vez, en lugar de hacerlo uno por uno.

Lo malo es que los comantaristas habituales del blog, que ya conocen el truquito dejan pasar los días de "estreno" de una nueva entrada, hasta que otra la sustituya antes de hacer sus observaciones. (No es que sea siempre, pero sí he podido notar que las más de las veces, los que suelen comentar son más o menos los mismos)Resultado: rara vez se cruzan los "novatos" y los "veteranos" del blog, con lo que no es raro que una entrada tenga más comentarios después de haber sido sustituida por otra.

(Alatriste, por ejemplo, SIEMPRE está recibiendo comentarios nuevos)

si usted respondiera de inmediato a todo lo que se dice en una entrada NUEVA, habría más movimiento...

Lo de la acción bélica en el cisne del Avon tiene su explicación: no siempre contaba con recursos para representar una gran batalla (comparar su teatro con el decorado de otras obras españolas, como El gran teatro del mundo) así que hechaba mano del suspenso psicólogico. Sólo en Enrique V se lució (para los cánones del teatro inglés de entoces, donde ni siquiera se conseguían siempre actrices para papeles femeninos) en el montaje bélico de las batallas...

Lo mejor es la escena del asesinato de César.

Otro detalle: Cincinato fué también un dictador y aunque sí tuvo tiempo, no fué jamás un tirano.

César fué un buen estadista, que cobatió bien el desempleo y otros problemas del estado romano entonces. Dictador, no una, sino varias veces, fué su éxito en demostrar que el gobierno de una sola persona podía ser mejor que el clásico de los dos cónsules, lo que hizo que los conjurados lo acabasen: temían que sentara el precedente que pusiera fin a la repúbica después de él. Y no tomaron ninguna precaución para ganarse el gobierno, así que curiosamente no fué un golpe de estado tal y como lo entendemos hoy; fué más bien (según lo concibieron los conjurados) un intento de "limpiar" el estado romano...lo malo es que no salió bien.

Es curioso que hoy día no se haga hincapié en hasta que punto no fué concebido el asesinato como golpe de estado por los conjurados, tan seguros de que el pueblo se pondría de su parte, que ni se molestaron en preparar (al estilo napoléonico) la fuerza armada con la que controlarían la república para conservar el poder...

Curioso de verdad.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Rossellini.

Los comentarios en "Ben-Hur" y en "Espartaco" muestran que la gente no necesita de mis comentarios para comenzar a debatir. Pienso que más bien es la película y por eso me ha sorprendido porque pensaba que esta era más conocida.

Sobre la capacidad técnica de representar una batalla en un teatro. Bueno, supongo que eso depende del empresario teatral, no del autor. La escena de los discursos es una escena de masas, pero en la obra de Shakespeare tan sólo se apunta unos pocos ciudadanos y ya está. Lo mismo para las batallas. Es el que monta la obra el que decide si poner mucha o poca gente gastando más o menos dinero en el montaje.


Personalmente opino que si Bruto y Casio hubiesen vencido es muy probable que el retrato de César que tenemos actualmente no habría sido tan benevolente. No en vano la historia la escriben los vencedores.

Un saludo

Harold Alexander dijo...

Bueno, YO casi siempre espero a que una entrada haya sido sustituida por otra para empezar a comentar: por la mimsa razón que dice Rossellini. No sé los demás. No creo que todos lo hagan.

Pero Yo sí.

Sobre las escenas de combate en teatro, tampoco olvidemos que los teatros ingleses de entonces NO eran como los ahora. Y en inglaterra el teatro estaba considerado entonces como un oficio de saltimbanquis, lo que hace más notable que el cisne del avon haya destacado tanto. La comparación con montajes como el gran teatro del mundo me parece muy apropiada.

Lógicamente, si no tienes muchos actores para simular una batalla, tienes que maximizar los diálogos. Lo que importa es que impresiones al espectador, sea como sea.

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Harold.

Afortunadamente no todo el mundo espera a que publique otra entrada para comentar la anterior. El motivo de que conteste antes comentarios de entradas antiguas que de las actuales es muy simple. Las entradas antiguas no suelen tener lectores y si los tienen las nuevas. Si alquien publica algo en una entrada antigua puede esperar que nadie vaya a revisarla, salvo el administrador del blog. Si por el contrario publica algo en una nueva será probablemente leído por los nuevos lectores y quizás hasta le respondan.

En cuanto a lo de impresionar al espectador de teatro sea como sea. Creo que hay diferencias. Uno puede impresionarle siendo un buen actor o plantando un buen montaje, pero también puede impresionarle con un fura del baus style. Prefiero la primera opción.

Un saludo

Anónimo dijo...

En mi opinión el error más grande que cometieron en Rome fue no abordar el discurso de Marco Antonio y como cambió los papeles entre conjurados y los "fieles" de César (Ok, las batallas son caras de hacer, pero esta escena era indispensable ponerla y no iba a costar tanto), que aquí está muy bien tratado.

Quizá lo que llama la atención sobre César es que fue el prototipo de tirano bueno, en quien podemos encontrar grandes crueldades y rasgos poco halagadores sobre su persona, pero también se puede encontrar la grandeza del buen ganador y un genuino interés por la cosa pública, que no tenían sus enemigos en cambio, ni el Senado excepto Catón), ni los "salvadores de la República", quienes actuaban sólo por interés personal o por una emoción tan poco halagadora como es la cólera y por la ilusión de recrear un acto grandioso, como Marco Bruto. Pero César no era ni de lejos Tarquino.

Todos los autores reconocen la generosidad de César en el triunfo, cuando bien podría haberse dejado llevar por la venganza como su tío Mario, o como Sila; precisamente eso fue lo que resaltó Marco Antonio en su discurso. Lo que verderamente indignó a la plebe fue que muchos de los conjurados habían sido perdonados al ser derrotados e incluso estaban considerados dentro del testamento de César, con eso, no es extraño que al levantar la toga para mostrar el cuerpo ensagrentado Marco Antonio se hiciera dueño de la situación.

Sobre la muerte de César, Suetonio dice que opuso resistencia a sus asesinos hasta que vio a Bruto entre ellos, entonces como que se resignó a su suerte y se cubrió con la toga para caer dignamente. Todo un jefe, ¿verdad?.

Es una lástima que Shakespeare no decidiera hacerlo el personaje principal de la trama que lleva su nombre, no es que la obra no sea buena, of course.

Un saludo.

Darío, el Pequeño (a petición de la señora, don´t ask).

Major Reisman dijo...

Buenas

Gracias por el comentario Darío.

Creo que en Roma intentarón mostrar algo mucho más realista que lo que sucede en la obra de Shakeaspeare. Que Marco Antonio salió por piernas. No se, pero uno no está para discursitos en esas ocasiones. Aunque eso si, en el teatro luce un montón.

Sobre César, nunca sabremos como habría sido si hubier gobernado más tiempo. Muchos dictadores comienzan bastante bien y poco a poco el poder los corrompe y los comvierte en tiranos temibles y despreciables.

Un saludo

PD: Creo que la mejor contestación a ese problema es la canción "El burdo rumor" de Javier Krahe